TDe nada ha servido que en la audiencia de la semana pasada, Francisco le entregara a Trump una copia de Laudato si’ y que insistiera en que la había preparado “especialmente” para él. En Estados Unidos dan por hecho que Donald Trump que en unas hora tirará por tierra la firma del acuerdo de la Cumbre de París. El negacionismo ante el cambio climático del presidente norteamericano es un hecho que ha manifestado durante la campaña electoral. Y no parece que vaya a achantarse ahora que ha tomado los mandos de la Casa Blanca.
“Si realmente lo hace, sería una gran bofetada en la cara”, ha señalado Marcelo Sánchez Sorondo, director de la Academia Pontificia de Ciencias, a la agencia Reuters. Sorondo, hombre clave en la difusión de Laudato si’, hace un balance simple: “Sería un desastre”.
Trump tampoco va a encontrar el apoyo de la Iglesia católica de su país, a pesar de que se ha empeñado en “conquistar” al Episcopado estadounidense con sus medidas en defensa de la vida. Una cosa no quita para la otra, sobre todo cuando la encíclica de ecología integral del Papa Francisco se ha convertido en un referente que va más allá de los muros eclesiales.
Estados Unidos tiene la obligación de cumplir el acuerdo climático de París para proteger “nuestra gente y nuestro planeta” y “mitigar los peores efectos del cambio climático”, ha manifestado por carta el obispo Oscar Cantu, presidente de la Comisión Episcopal de Estados Unidos sobre la Justicia Internacional y paz. El mensaje a Trump desde Roma y desde su propio país no deja lugar a dudas.
Tras el éxito de la edición semanal española de la mano del diario LA RAZÓN, el salto a Argentina hace seis meses con el periódico Perfil, y la alianza con Vida Nueva para la publicación del suplemento femenino Donne Chiesa Mondo, L’Osservatore Romano continúa rompiendo fronteras.
El diario de la Santa Sede contará con una edición específica para Centroamérica. Un acuerdo con la Conferencia Episcopal de Panamá permitirá sacar adelante esta nueva publicación que verá la luz en breve. “Está prácticamente listo el acuerdo”, anunció Silvina Pérez, la responsable de la edición española del diario vaticano, durante el conversatorio virtual que organizó ayer la Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL).
Coordinado por Ariel Beramendi, responsable de la RIIAL, este encuentro digital contó también con la participación del director del Grupo ACIPrensa, Alejandro Bermúdez. A ellos tuve la oportunidad de unirme, como director global de Vida Nueva.
Sobre la mesa de debate, sobresalió la necesidad de profesionalizar el género especializado de la información religiosa, así como la urgencia de vivir la vocación del periodismo religioso no desde la militancia, sino desde el compromiso con la búsqueda de la verdad. Retos de presente y futuro.
La Civiltà Cattolica ha entrado de lleno en una de las cuestiones más peliagudas de la evangelización: China. Y lo hace en un número que abre el jesuita chino Joseph You Guo Jiang. Un documento en el que hace un repaso sobre la presencia de la Iglesia en el gigante asiático del ayer hermético al hoy digital.
El sacerdote hace un llamamiento más que interesante a favor del diálogo con la cultura local llegando a considerar fundamental que se promueva “una Iglesia católica china con rasgos chinos”. Esta apuesta por la inculturación es para You Gou Jiang la principal vía para conquistar el corazón de la población.
Conscientes de las dificultades que existen para que China dé pasos hacia la democracia, el jesuita apunta que “la Iglesia católica china está llamada a redefinir su papel y sus relaciones con el Partido Comunista”. Eso sí, deja claro que “esto no significa que la Iglesia deba estar de acuerdo con la política y los valores del partido, sino que debe encontrar soluciones flexibles y eficaces para continuar su misión”. Un encaje de bolillos que exige mucho más que empeño y buena maña.