La Renovación Carismática es “un precioso instrumento del Espíritu para caminar juntos, con los demás hermanos cristianos, unidos en la oración y en el trabajo por los más necesitados hacia la Mesa Eucarística”. Con estas palabras saludó el papa Francisco a las más de 30.000 personas de la Renovación Carismática Internacional llegadas de más de 130 países con las que celebró la vigilia de Pentecostés en el Circo Máximo de Roma, en la tarde del sábado 3 de junio.
Precisamente, al referirse al lugar donde tenía lugar esta vigilia -que se enmarca dentro de las celebraciones del Jubileo de Oro de esta organización-, el Papa ha evocado el “el ecumenismo de la sangre, de tantos mártires”, en recuerdo al antiguo circo romano en el que “durante las persecuciones fueron martirizados muchos cristianos para diversión de aquellos que lo veían. Hoy hay más mártires que antes. Quienes matan a los cristianos lo hacen sin ninguna distinción”, denunció Bergoglio.
“Unidad para la misión, no para quedarnos quietos”
Un celebración, la de esta vigilia ecuménica, en la que “el Espíritu Santo nos ha reunido para establecer los lazos de amistad fraterna que nos dan fuerzas en el camino hacia la unidad. Unidad para la misión, no para quedarnos quietos. ¡No!, ¡unidos para la misión de proclamar que Jesús es el Señor!”, ha declarado Francisco.
El Papa ha subrayado que la unidad entre los cristianos debe mostrarse en un compromiso claro por la paz. “Si nosotros encendemos las diferencias y estamos en guerra entre nosotros, no podemos anunciar la Paz. La Paz es posible a partir de nuestra confesión de que Jesús es el Señor”, ha señalado en su alocución.
Y es que la unidad “hoy es más urgente que nunca”, ha clamado el Pontífice. “Caminar juntos, trabajar juntos. Amarse. Y juntos buscar explicar nuestras diferencias, ponernos de acuerdo, pero en camino. Si permanecemos quietos sin caminar, nunca nos pondremos de acuerdo. Porque el Espíritu nos quiere en camino”, ha insistido Bergoglio.
“Una corriente de gracia del Espíritu”
Refiriéndose a las bodas de oro de la Renovación Carismática, el papa Francisco ha definido el movimiento como “una corriente de gracia del Espíritu”, ya que “no tiene fundador, ni estatutos, ni gobierno. En esta corriente han nacido muchas expresiones que ciertamente son obras humanas inspiradas por el Espíritu, con varios carismas y todos al servicio de la Iglesia”. Por ello, ha pedido a sus miembros que no pongan “diques” ni encierren “al Espíritu Santo en una jaula”.
Agradeciendo la historia de la agrupación, el Papa ha alentado a los participantes recordándoles que “la Iglesia cuenta con vosotros, con vuestra fidelidad a la Palabra, vuestra disponibilidad al servicio, y los testimonios de vidas transformadas por el Espíritu Santo”.
Ecumenismo “en la caridad y la educación”
Antes de la vigilia, por la mañana, el Francisco tuvo un breve audiencia con un centenar de los representantes de los grupos pentecostales y evangélicos que han acudido a Roma para participar en esta oración ecuménica, a los que les agradeció “haberse molestado en venir a saludarme”.
En un discurso improvisado, el Pontífice también les agradeció “el trabajo por la unidad de los cristianos: todos somos uno, como el Señor quiere”. Por eso les pidió: “Caminemos juntos, ayudemos a los pobres juntos, hagamos caridad juntos, educación juntos”.
En encuentro concluyó con la oración del Padre Nuestro, que el Francisco pidió que cada uno rezase en su lengua.