La presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) viaja a Roma la próxima semana para entrevistarse con el papa Francisco. Según ha podido saber Vida Nueva, el presidente de esta institución, Diego Padrón, cursó la solicitud de una audiencia con el Pontífice ante el agravamiento de la situación en el país.
Junto al arzobispo de Cumaná, acudirán a la cita el primer vicepresidente y obispo de Barinas, José Luis Azuaje; el segundo vicepresidente y obispo de San Cristóbal, Mario Moronta; y el secretario general y obispo de San Felipe, Víctor Hugo Basabe. Les acompañarán, asimismo, en calidad de presidentes honorarios, los dos cardenales del país: Jorge Urosa, arzobispo de Caracas; y Baltazar Porras, arzobispo de Mérida.
Aunque se desconoce la fecha exacta del encuentro con el Papa –lo más probable es que se produzca entre el 7 y el 9–, los prelados permanecerán en la Ciudad Eterna del 5 al 12 de junio para entrevistarse también con el secretario de Estado y ex nuncio apostólico en Venezuela, el cardenal Pietro Parolin; el sustituto de la Secretaria de Estado, Giovanni A. Becciu; o el secretario vaticano para las Relaciones con los Estados, Paul Richard Gallagher, además de visitar varias congregaciones, otras entidades eclesiales como Cáritas (cabe recodar que Azuaje es también el presidente de Cáritas América Latina) y diversas ONG.
Niños hambrientos
Todo apunta a que, en estas reuniones, se abordará la peligrosa deriva que están tomando los acontecimientos en el país, con el aumento de la violencia y la represión contra los opositores –incluida la Iglesia católica– por parte del Gobierno de Nicolás Maduro; la posibilidad de una nueva mediación vaticana para retomar el diálogo en el seno de una sociedad cada vez más polarizada; y el establecimiento de canales de ayuda humanitaria que contribuyan a paliar la grave crisis alimentaria. Y es que, según la directora de Cáritas Venezuela, “la gente no tiene qué comer”. Durante un encuentro organizado días atrás en Roma por Caritas Internationalis, Janeth Márquez denunció ante los medios –entre ellos, Vida Nueva– que el 11,4% de niños menores de cinco años sufren actualmente desnutrición aguda.
Parolin recibe a opositores
También le trasladaron al cardenal Parolin su profunda preocupación por Venezuela el presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, y el líder de la Mesa de la Unidad Democrática, Stalin González. De visita por diversos organismos de la Unión Europea, ambos diputados se vieron el pasado 31 de mayo con el secretario de Estado vaticano “en búsqueda de apoyo a un país donde hoy no se garantiza el derecho a la vida, salud, seguridad”, según informó el propio González en su cuenta oficial de Twitter. En otro tuit, el parlamentario opositor reconocía que “la Santa Sede tiene conocimiento de que las protestas en el país son protagonizadas por un pueblo que pasa trabajo y busca respeto a la Constitución”.
División en la OEA
Al poco de celebrarse esta audiencia en el Vaticano, se conocía que la Organización de Estados Americanos (OEA) había suspendido por consenso su reunión de consulta de cancilleres sobre Venezuela que tenía lugar en Washington, ante la falta de acuerdo sobre las dos propuestas de declaración presentadas: una –liderada por Estados Unidos, México, Perú, Canada y Panamá– que se mostraba muy crítica con el Gobierno de Maduro; y otra –respaldada por los países de la Comunidad del Caribe (Caricom), tradicionales aliados venezolanos– que no contemplaba ninguna de las peticiones formuladas por los primeros, como el cese de la Asamblea Constituyente tal y como está concebida, la liberación de presos políticos o un calendario electoral con observadores internacionales.
Tras el fracaso de este encuentro, y a la espera de que se establezca una nueva fecha para otra cita sobre el mismo asunto, parece claro que Venezuela volverá a estar sobre la mesa de trabajo en la próxima Asamblea General de la OEA, prevista para los días 19-21 de junio en Cancún, México.
