Este lunes el pueblo de México se despertó con una clara advertencia por parte de los obispos del país, quienes tras asegurar que la nación enfrenta una “emergencia” no sólo humanitaria, sino también política, económica y social, han hecho un llamado urgente a emprender acciones concertadas, pues de lo contrario -dicen– “el respeto a la dignidad de las personas como hijas e hijos de Dios, no se cumplirá”.
El mensaje, firmado por los obispos que forman parte de la Comisión Episcopal de Pastoral Social (CEPS), señala que la crisis es cada vez más grave y con una perspectiva complicada, por lo que mexicanos y mexicanas están convocados a emprender una acción urgente, concertada y multidimensional, para lograr la necesaria transformación del país.
“Nos duele la situación de México”, explicó la CEPS y por ello recuerdan que en los últimos meses han emitido declaraciones para animar y fortalecer una acción pastoral de largo plazo.
Desafíos para un cambio profundo
Los Obispos de la CEPS consideraron que el mayor desafío en estos momentos es cambiar las injusticias, la corrupción, la impunidad y las violencias que aquejan al país, lo cual implica cambios estructurales profundos, que vayan a la raíz de las problemáticas: “Sabemos que todos los cambios requieren sacrificios, y todos debemos estar dispuestos a ello, a partir de quienes más privilegios tenemos”.
Insistieron en la importancia de la participación de un mayor número de personas y avanzar hacia estos cambios de forma inmediata, por lo que propusieron algunas líneas de acción para responder a la urgencia con visión de futuro.
Diálogo para la paz
El primer tema al que se refirieron los Obispos fue el de la paz. Tras señalar que no se debe claudicar en la construcción de la paz frente a las múltiples violencias que tanto daño hacen a las comunidades, pidieron interpelar a todos los creyentes para alcanzar un verdadero respeto de los derechos humanos personales y colectivos.
Dijeron que la Iglesia está dispuesta a participar y aportar a los diálogos sociales que propicien la colaboración de todos, sin protagonismos, agendas ocultas o visiones de corto plazo. Estos diálogos –añadieron– deben desembocar en acciones concretas y procesos compartidos que tengan impacto transformador en la vida actual a mediano y largo plazo.
Hicieron énfasis en involucrar en estos diálogos no sólo a instancias nacionales, sino también extranjeras, en especial a nivel Latinoamérica, con los Estados Unidos y Canadá: “Reconozcamos que, sin una acción mundial en estos grandes desafíos, México mismo no podrá lograr un avance verdadero y sustentable”.
Una nueva economía
Los Obispos se refirieron también a la pobreza que viven millones de mexicanos, especialmente la que está relacionada con la migración. Al respecto, consideraron que ante el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos y el posible empobrecimiento de comunidades que dependen de las remesas, es necesaria la acción solidaria de todos para propiciar la cohesión social como respuesta ante la emergencia humanitaria. “Como Iglesia, redoblaremos los esfuerzos en este sentido”, enfatizan los obispos.
Por otra parte, llamaron a las autoridades a ver con una óptica de urgencia el actual debate sobre el salario mínimo, y exhortaron a la responsabilidad social de empresas y grupos privilegiados, pues “todos tenemos que contribuir ante las dificultades con creación de trabajo, especialmente cada empresario cristiano: hoy la creación de empleos dignos con salarios decentes y la reactivación de la economía interna son un imperativo”.
También tocaron el tema de la crisis del campo. En este sentido, pidieron dar prioridad como sociedad a los campesinos, “por un deber de justicia actual, por una deuda acumulada de años en que no se les ha dado su parte y, ahora también porque debemos recuperar la posibilidad de tener seguridad alimentaria como nación”.
“Daremos prioridad a este sector y a estas comunidades en nuestro trabajo pastoral, en la acción de la pastoral social y caritativa y en la promoción de la economía social y solidaria. Creemos que es indispensable rescatar al campo de los mecanismos que atrasan y manipulan”.
Política al servicio del pueblo
Por último, los Obispos recordaron la importancia de que los mexicanos participen en las elecciones de éste y el próximo año, toda vez que el futuro de México está en juego. “Debemos actuar con honestidad y exigir la honestidad en todas y todos los participantes, con una ética civil común para todos los mexicanos”, subrayan los prelados.
A continuación, insisten: “Debemos fijarnos en los programas y en las personas, exigir que programas y personas estén comprometidos con los temas centrales para el futuro como la lucha contra la corrupción e impunidad; la prevención de las violencias y el sufrimiento de víctimas de estas violencias; el respeto de la vida desde su concepción hasta su fin natural; así como la superación urgente de la pobreza y las desigualdades lacerantes”, concluyeron.
El mensaje está firmado por monseñor Carlos Garfias Merlos, de Justicia Paz y Reconciliación, Fe y Política; monseñor José Leopoldo González, responsable de CEPS-Cáritas Mexicana; monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, de la Pastoral del Trabajo; monseñor Domingo Díaz Martínez, de la Pastoral de la Salud; monseñor Andrés Vargas Peña, de la Pastoral Penitenciaria; monseñor José de Jesús González Hernández, de la Pastoral Indígena, y monseñor Guillermo Ortiz Mondragón, de la Pastoral de la Movilidad Humana.