Las religiones tienen un papel fundamental para la convivencia. Y eso lo ha puesto de manifiesto Carlos Osoro, cardenal arzobispo de Madrid, durante su participación en la mesa redonda de las jornadas ‘Voces de religiones y de políticas en la esfera pública’, celebradas hoy en la Universidad Complutense de Madrid. Por ello, considera que “la religión no puede relegarse al ámbito privado, porque no puedo guardar para mí mismo lo que tengo para ayudar al otro”.
El purpurado ha subrayado en el encuentro, organizado por la Asociación de Jóvenes Investigadores en Ciencias de las Religiones (AJICR), que la relación entre la Iglesia y el Estado está ligada a unos Acuerdos suscritos en el marco constitucional vigente. Y es que “una auténtica y verdadera democracia tiene que respetar la dimensión religiosa”, ha indicado Osoro. “Un estado aconfesional debe regular la convivencia, ser transparente, liberar las diferencias sociales… no queremos una cristiandad a modo de nacional catolicismo, que tantas veces hemos criticado, pero tampoco un secularismo que pretende expulsar la religión del ámbito público, porque esto es totalitarismo”, ha añadido.
Osoro ha recordado cómo el Concilio Vaticano II anima a los católicos a tener relaciones con otras confesiones. En esa línea, “desde mi llegada a Madrid he querido reunirme con todos”, ha continuado. Asimismo, ha hablado de unas mutuas relaciones entre políticos y las distintas confesiones basadas en tres principios: justicia, libertad y bien común.
¿Cómo son las relaciones entre el Estado español y las distintas confesiones? ¿Cuál es el papel que debe ocupar la religión en el espacio público? ¿Qué puede aportar el hecho religioso a una sociedad cada vez más secularizada? A estas preguntas trataron de dar respuesta también ante los más de 100 asistentes, Riay Tatary, presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de España; Mariano Blázquez, secretario ejecutivo de la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España; Isaac Querub, presidente de la Federación de Comunidades Judías de España; y Enrique Caputo, presidente de la Federación de Comunidades Budistas de España.
Durante su intervención, Riay Tatary ha recalcado que de los 2 millones de musulmanes que viven en España, la mitad son españoles y muchos de ellos nacidos en España. Y ha apostado por la convivencia, porque “es posible construir una sociedad en paz”. Por eso, “para nosotros es básico respetar la configuración del Estado”. En relación a los acuerdos suscritos en 1992, hizo hincapié en que la enseñanza religiosa se contempla, aunque “no se han conseguido desarrollar”. También se ha congratulado por el hecho de que España legislara en 2007 para que los imanes puedan asistir espiritualmente a los presos. No obstante, hizo un llamamiento para que las leyes recojan el ritual de enterramiento musulmán.
Mariano Blázquez considera que los evangélicos siempre han sido “minusvalorados” en España. “No estamos en igualdad a otras confesiones, aunque sí vivimos con tranquilidad desde hace casi 50 años”, ha explicado. Blázquez se ha mostrado combativo y ha subrayado que “se nos prometió una igualdad que nunca ha llegado, porque la Iglesia católica tiene sus acuerdos desarrollados y las demás confesiones no”. Sin embargo, ha tendido su mano al resto de confesiones para “construir juntos España”.
Isaac Querub, por su parte, se ha mostrado positivo porque “se han hecho muchísimos progresos y nuestro posición es de auténtica gratitud con los diferentes gobiernos y con el pueblo español”. “Es verdad que quedan muchos aspectos que matizar –ha puntualizado-, pero vamos por el buen camino”. Durante su intervención se refirió a Lenin, Hitler, Mao o Stalin. “Todos quisieron matar a Dios y sustituirlo por un ídolo. Todos ellos son totalitarismos y ya sabemos cómo han acabado”, ha recordado. Así, ha dejado claro que “solo temen el factor religioso aquellos que teman a la libertad”.
Enrique Caputo ha comenzado bromeando sobre su presencia en un acto donde participan las otras cuatro confesiones que tienen acuerdos suscritos con el Estado. “Me siento como un jugador que nunca juega y lo ponen en la final de la ‘Champions’ y encima marca un gol”, ha dicho entre risas. Y ha continuado: “Es que para mí todos los presentes son referentes en la lucha a favor de las minorías”. Para empezar ha querido romper estereotipos: “Los budistas no estamos en una cueva meditando ajenos a lo que pasa en la sociedad, porque queremos ser una minoría activa con un caballo de batalla: la equiparación”. Caputo ha resaltado los rasgos comunes de todas las religiones, como la defensa de la ecología o la erradicación de las desigualdades. Y ha invitado a todas a “colaborar para construir una sociedad feliz”.