Se han cumplido ya cuatro meses desde que la religiosa colombiana Gloria Cecilia Narváez, perteneciente a la comunidad de las franciscanas de María Inmaculada en Koutiala, en Malí, fuera secuestrada el pasado 7 de febrero por una milicia yihadista. Cuatro meses en los que, para desconcierto y pesar de todas las hermanas de la congregación, presentes en 15 países, no han vuelto a tener ninguna noticia sobre su estado o paradero.
Consultada por Vida Nueva, la hermana Julia Victoria Santacruz, también colombiana y quien lleva cuatro años y medio en España, en la comunidad de las franciscanas de María Inmaculada en Cuéllar (Segovia), explica que su relación con Gloria Cecilia ha sido muy intensa: “Ella entró en la congregación cuando yo estaba en mi segundo año de formación. Ambas somos de la región colombiana del Pasto Nariñense y compartimos, además del período de formación, las primeras experiencias misioneras y como formadoras, tanto en educación primaria como en la Universidad”. Un tiempo en el que la ha conocido mucho, destacando de ella “su autenticidad y su profunda religiosidad, encarnada en el espíritu misionero y en el deseo de servir siempre a los más pobres”.
Medió por la vida de sus compañeras
Desde el “dolor” que la acompaña en estos cuatro meses, Julia Victoria rememora las circunstancias del secuestro: “Gloria Cecilia era la responsable de su comunidad, acompañándola otras tres hermanas; dos también colombianas y otra local. Tenían un orfanato en el que había 32 niños, un dispensario sanitario y un programa para el impulso de la mujer. Según nos han relatado las hermanas, ese día llegaron cuatro hombres armados y asaltaron la casa. Les dijeron que tenían orden de matar a las cuatro religiosas… Dos consiguieron esconderse. Cuando estaban ante otra, Clara, Gloria Cecilia clamó por su vida e, identificándose como la responsable de la comunidad, pidió que se la llevaran a ella y dejaran a las demás”.
“Entonces –prosigue–, tras llevarse el dinero que encontraron y la documentación de Clara y la de ella, metieron a Gloria Cecilia en la ambulancia del dispensario y se la llevaron. La hermana Sofía, que pudo encerrarse en una habitación, avisó a los vecinos y dio la voz de alarma. A los 15 minutos, ya habían encontrado la ambulancia en un cruce… Pero no había rastro de ella. Creemos que se la llevaron en moto”. Pese al aviso de los milicianos, que dijeron que en 48 horas tendrían noticias suyas, no han vuelto a comunicarse con ellas y nadie ha pedido un rescate. “Una hipótesis que nos tememos –reconoce Julia Victoria– es que ese primer grupo la haya vendido a un segundo comando terrorista”.
A la espera de novedades, las compañeras de comunidad de Gloria Cecilia han sido retiradas de su misión. Grupos de inteligencia de Colombia e Italia operan sobre el suelo maliense en busca de pistas. Aunque, por el momento, nada se sabe de esta religiosa colombiana que llevaba 12 años encarnando su vocación de servir a los últimos en esa tierra africana.