Se puede entrar en bucle. ¿Cómo reaccionaría yo? ¿Saldría corriendo o plantaría cara? Pregunta que brota hace unas semanas cuando Juan José Aguirre, obispo de Bangassou, fue escudo humano ante la milicia Anti-Balaka, cuando estos querían acabar con la vida de cientos de musulmanes en la localidad centroafricana. Vuelve el interrogante con Ignacio Echeverría. Un patinete frente a los cuchillos en defensa de una indefensa. Jugársela para salvar a otro.
Puede que llegue ese gran momento, esa gran prueba. O puede que no. El gesto de heroicidad de Ignacio no es fruto de la casualidad o de un arranque espontáneo. A buen seguro que nunca se imaginó en el puente de Londres cara a cara con unos yihadistas. Pero sí habrá tenido que sortear en su vida más de una y más de dos situaciones en las que tuvo que elegir si mojarse, mirar de reojo o continuar su camino. Ahí, en lo pequeño, seguro que se la jugó.
Así lo confirmaba hace unas horas el sacerdote de la Parroquia de San Miguel, Daniel Sevillano, que acudió, como otros tantos ciudadanos de Las Rozas, a rendirle homenaje con tres minutos de silencio ante el Ayuntamiento de la localidad donde residía. En declaraciones a la agencia Europa Press, Sevillano recordó que conocía personalmente “desde hace años” en tanto que pertenecía la grupo parroquial de Acción Católica de adultos. Así, le describió como una persona “muy normal”, “tímida”, “buena” y “profundamente cristiana”. Por todo esto, Ignacio no dudó en jugársela una vez más en la noche del sábado. Y se dio por entero. Con su monopatín.
Respaldo papal sin fisuras. Mañana Scholas Occurrentes, la fundación amparada por Francisco que busca promover valores de encuentro entre los adolescentes, abre sucursal en Roma. Será en la Palacio de San Calixto, en el Trastévere. Hasta allí se desplazará Jorge Mario Bergoglio para dar su bendición a esta nueva sede para la fundación pontificia nacida en Buenos Aires que ya cuenta con programas educativos en 70 países de los cinco continentes.
Atrás quedó la sombra de la sospecha por supuestas irregularidades hace algo más de un año. El Papa ratificó entonces de forma pública su presidente, el profesor José María del Corral, y animó a todo el equipo a por carta: “No se dejen abatir por quienes con otros intereses buscan desplazarlos o cambiar la esencia y misión de Scholas”.
Con sede en Madrid, Scholas Ocurrentes marcha a velocidad de crucero con otro aval más: la supervisión financiera de uno de los hombres fuertes del cardenal Osoro.
Mientras el Servicio de Jesuita al Refugiado presentara su informe anual sobre los CIE reclamando una vez más su cierre, diez organizaciones sociales, entre ellas Cáritas, sumaban esfuerzos para exigir al Gobierno que desbloquee la situación de las personas migrantes y refugiadas y pongan fin a las llamadas “devoluciones en caliente”.
Bajo el lema “#SinSalidas”, concretan en cinco medidas sus peticiones al Ejecutivo para proteger a los colectivos más vulnerables llegados de fuera de nuestras fronteras, de niños a mujeres, pasando por las minorías étnicas. Estas demandas, entre ellas aprobar políticas internacionales de acogida y cumplir con los cupos de refugiados a los que se comprometió con la UE, las han materializado además con una protesta en la madrileña Plaza de Ópera. La Iglesia, en la calle, con los que sufren en la calle.