Unos apuntes de un grupo de profesores en un colegio marianista de Vitoria. Hace ahora 80 años. Ahí nació el grupo SM, hoy presente en diez países, que da servicio a más de 75000 colegios y 24 millones de alumnos. Se trata de un proyecto cultural y educativo, que tiene sentido desde una labor editorial de las empresas SM, dedicadas a la elaboración de contenidos y servicios educativos, publicaciones religiosas, y literatura infantil y juvenil, y a la labor social de la Fundación SM.
Este devenir se recoge en el libro “La meta en la memoria. SM: 80 años de educación y cultura”, presentado en el auditorio del colegio madrileño Santa María del Pilar, de la mano de cuatro marianistas de referencia para la institución: el presidente del grupo SM, Luis Fernando Crespo, así como sus predecesores en el cargo, Juan de Isasa y Javier Cortés, además del actual vicepresidente de SM, José María Felices.
“La Compañía de María ha aportado a SM, entre otras cosas, el ADN de la educación y la generosidad de la Fundación. Nuestra misión es la educación, nuestra vocación es la cultura”, subrayó Luis Fernando Crespo, que esbozó alguno de los hitos de la historia del actual grupo empresarial, de Vitoria a Boadilla del Monte, destacando el momento de la creación de la fundación, en 1977.
“La educación no debía concebirse como el negocio de unos pocos”, apostilló el actual presidente. A partir de ahí la Fundación SM pasa a ser la accionista única de SM. Pero no se detuvo ahí. Un año después en 1978, se constituye la división de literatura infantil y juvenil con las marcas El Barco de Vapor y Gran Angular. A ellos, se sumaron más adelante, entre otras iniciativas, Cruïlla, PPC y Educamos.
“Cuando se jubilaron los primeros trabajadores de SM, que eran antiguos alumnos del colegio marianista de Carabanchel, les pedí que me escribieran sus recuerdos”, explicó Juan de Isasa, que ahonda en el libro en este repaso histórico. Con este primer material, Isasa confesó “comencé a sacar del baúl de los recuerdos” hasta llegar a superar las 600 páginas. “Hubo que tirar de tijera”, bromeó, hasta lograr el resultado actual.
“Hemos pasado situaciones muy complejas. Estoy convencido de que detrás de todo esto está hecho la Virgen del Pilar, porque verdaderamente hemos cometido errores pero también grandes aciertos”, expresó este marianista que actualmente es el presidente del patronato de la Fundación Educación Católica. En esta mirada atrás, apuntó que “recuerdo con mucho cariño todo el desembarco en América, porque fue a la vez complicado e ilusionante. Llegamos a Argentina dos días antes del corralito y, sin embargo, ha salido adelante”.
Realidad laica
Javier Cortés, por su parte, reivindicó que “SM es una realidad laica, a veces difícil de entender por los religiosos. SM es un compromiso con la educación y una de sus características clave en la innovación”. El que fuera presidente de SM y anteriormente director general, defendió que “todos los éxitos que han tenido SM llevan el sello directo de los religiosos marianistas y del carisma marianista. Puedo afirmar que es una conclusión empírica: a mayor creatividad de la educación marianista, más capacidad de innovación de SM”.
Por su parte, José María Felices, vicepresidente de SM, explicó que “la Compañía de María aporta personas con ideas, aquellos marianistas que tuvieron un sueño y un ímpetu, de aportar cultura y ser cultura”. Sobre el futuro de la entidad, Felices explicó que “nos depara acción, posibilidades, va a ser tiempo de fidelidad creativa: fieles a la primera llamada educativa de SM y, a la vez, creativos en las estructuras”.
Tras la presentación del libro, se celebró una eucaristía de acción de gracias presidida por el provincial de España de la Compañía de María, Miguel Ángel Cortés. “Desde hace 200 años, los marianistas hemos intentado encarnar el espíritu de María. Toda esta historia de SM forma parte de este intento. María es la mujer que deja su zona de confort cuando estaba embarazada, cuando todo le aconsejaba que no realizara aventuras arriesgadas”, señaló durante la homilía.
El provincial desarrolló cómo “la historia de SM es una historia de una salida más allá de los límites de los colegios marianistas hacia el mundo de la educación: con libros de texto, con programas de formación del profesorado, con libros de educación y juvenil…”.
A renglón seguido, comentó que “en toda salida hay riesgos, pero solo el que sale en busca de, encuentra sentido a su vida y a su misión”. A partir de ahí, invitó a cuantos formar esta aventura empresarial a que “si SM quiere seguir manteniendo su misión, tendrá que aportar algo valioso, distinto, que aporte salvación y esperanza, que cambie el mundo. Y esto lo bebemos permanentemente de la persona de Jesús y de su Evangelio”.