Un informe de la Fundación Jubileo presenta datos alentadores para las familias bolivianas
La Fundación Jubileo acaba de presentar un nuevo informe. Esta vez, sobre el índice de precios al consumidor (IPC) en Bolivia durante el último mes de mayo. En el escrito destaca, por un lado, el comportamiento de los precios de los alimentos y, por el otro, las importaciones mensuales de alimentos. Este último, en particular, es un tema sensible porque Bolivia es un país con déficit en la producción alimentaría.
El informe indica que en mayo de 2017, “los precios de los alimentos y bebidas consumidos en el hogar se redujeron en -0,72 por ciento, en comparación al mes anterior. Esta variación negativa se produce por cuarto mes en el año (en enero fue -0,26, marzo -0,08 y abril -1,68 por ciento)”. Y se retoman datos del reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE), el cual explicita que “la variación de precios del promedio general de bienes y servicios, durante mayo respecto a abril, fue de -0,02 por ciento; de modo que los alimentos bajaron más de precio en comparación con el promedio del conjunto de bienes y servicios”.
“Con la tasa de variación negativa del precio de los alimentos consumidos en el hogar registrada en mayo –expresa el estudio de esta fundación católica–, la variación acumulada del precio de alimentos y bebidas llegó a -1,87 por ciento durante el año, cifra menor al promedio acumulado general de bienes y servicios que fue de 0,05 por ciento”.
Sobe el precio de los alimentos y bebidas consumidos en el hogar, “durante la gestión 2017, hasta mayo se redujo en -1,87 por ciento”, en tanto que el precio de los alimentos y bebidas consumidos fuera del hogar “se incrementó en 0,64 por ciento”.
Estas estadísticas indican que en lo que va del año el gasto alimentario de las familias bolivianas es casi un 2 por ciento menor al de diciembre 2016. Es decir, si consumen lo mismo pagan 98 por lo que ayer pagaban 100. Desde otra perspectiva, se puede interpretar que, si lo desean, las familias podrían haber aumentado el volumen de las compras de alimentos porque en mayo disponían de un 2 por ciento más de ingreso para ese fin.
Consultado sobre el tema, el especialista en economía y asuntos internacionales Alberto Rubio, opina: “por cierto, esto sí es bueno. Ha mejorado el ingreso real del la gente porque con los mismos pesos pueden comprar más, o comer lo mismo y ahorrar el resto”.