Mañana aterrizan en Valencia. Se trata de la primera fundación fuera de Burgos de la congregación religiosa más joven de nuestro país. Iesu Communio dan un paso hacia adelante en esta jornada de acogida, aunque su desembarco real tendrá lugar dentro de unos meses cuando hagan las pertinentes reformas del monasterio de Moncada que les ha cedido el Arzobispado de Valencia.
La más de 200 religiosas del instituto llegarán hoy en autobús con sus característicos hábitos vaqueros. LA RAZÓN ha desvelado que la empresa valenciana Jeanología es quien confecciona del tejido tejano que visten las Iesu Communio. Y lo hacen de forma gratuita.
Pero quizás, lo más interesante es que los hábitos van en la línea de la Laudato si’ de Francisco, esto es, las prendas están desarrolladas con tecnologías ecoeficiente, esto es, respetando el medio ambiente.
En el tercer piso del Palacio de San Calisto. En pleno barrio del Trastevere. Hasta allí se ha desplazado el Papa para mantener una videoconferencia con alumnos de nueve países en los que está presente Scholas Occurrentes, la fundación pontificia creada por Bergoglio. De esta manera inauguró la sede de la entidad en Roma.
“Tengan el coraje de lanzarse y ser creativos”, animó el Papa a los chavales, a quienes les dijo que uno de los grandes potenciales de Scholas es que “ninguna persona es un ‘no’.Todos somos un ‘sí’”.
Ante el presidente de Scholas, el profesor José María del Corrak, el Papa argentino alertó a los chavales de que “hay peligro de elitización en la educación en los jóvenes”, criticando una vez más la globalización: “En este mundo te haces igual al sistema o no existís”. Ante esto propuso una alternativa: “Hay que globalizarnos humanamente, no animalmente”. Otra globalización es posible.
Durante más de cuatro años los sacerdotes de la diócesis nigeriana de Ahiara, situada al sureste del país, se han negado a obedecer a su obispo, Peter Okpaleke, por razones étnicas, esto es, porque no pertenece a la etnia Mbaise.
La situación ha llegado al límite, hasta tal punto que el Papa Francisco se ha visto obligado a amenazar con una suspensión ad divinis a aquellos sacerdotes que de aquí al 9 de julio no escriban una carta pidiendo perdón por su comportamiento. Duras palabras las del Papa: “Quien se opone a este obispo, quiere destruir la Iglesia. Es un pecado mortal”.