Vaticano

Francisco en el Ángelus: “Dios no está cerrado en sí mismo, quiere comunicarse”

  • El Papa recuerda que celebrar la Trinidad es celebrar el “misterio de la identidad de Dios”
  • El Pontífice presenta a la nueva beata Itala Mela como ejemplo de recorrido místico





El papa Francisco, durante el rezo del Ángelus, ha hecho une reflexión sobre la fiesta de la Santísima Trinidad, a partir de las lecturas de la liturgia del día. Esta fiesta es la del “misterio de la identidad de Dios”, ha definido el papa que ha puesto como ejemplo de experiencia trinitaria la vivencia del apóstol Pablo, que ha sentido “aquel amor que Cristo resucitado le ha revelado, que ha transformado su vida y lo ha ‘empujado’ a llevar el Evangelio a la población”.

“La comunidad cristiana, aun con todos los límites humanos, puede transformarse en un reflejo de la comunión con la Trinidad, de su bondad y de su belleza”, ha pedido Francisco.

A partir de la experiencia de los judíos en el desierto, el papa ha destacado como “Jesús nos ha manifestado el rostro de Dios, Uno en la sustancia y Trino en las personas; Dios es todo y sólo Amor, en una relación subsistente que todo crea, redime y santifica: Padre e Hijo y Espíritu Santo”. Un Dios que “es misericordioso, piadoso y rico de gracia porque se nos ofrece para colmar nuestros límites y nuestras faltas, para perdonar nuestros errores, para volvernos a llevar al camino de la justicia y de la verdad”.

El Papa también ha apuntado que Dios “no está alejado y encerrado en sí mismo” sino que “es Vida que quiere comunicarse, es apertura, es Amor que rescata al hombre de la infidelidad”.

Itala Mela, beata

Tras la oración mariana, el papa ha recordado la beatificación en Italia de ItalaMela, que “criada en una familia lejos de la fe, en su juventud se profesó atea, pero se convirtió después a una intensa experiencia espiritual. Se comprometió entre los universitarios católicos, llegando a ser Oblata benedictina y cumplió un recorrido místico centrado en el misterio de la Santísima Trinidad”.

Siguiendo el ejemplo de la nueva beata, el papa ha resaltado que su testimonio “nos anima, durante nuestros días, a dirigir a menudo el pensamiento a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo que habitan en la celda de nuestro corazón”.

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