“La vida contemplativa nunca faltará en la Iglesia”

  • La Jornada Pro Orantibus, que se conmemora hoy, celebra la vocación de 9.000 monjas y monjes repartidos en 800 monasterios de toda España
  • “Los más inconformistas son los contemplativos. Por eso sigue habiendo jóvenes atraídos por esta forma de vida”, afirma Ángel Moreno

“La vida contemplativa nunca faltará en la Iglesia”

La Iglesia reserva, en la solemnidad de la Santísima Trinidad, que se celebra hoy domingo, 11 de junio, un lugar muy especial para quienes han entregado su vida a hacerla rezo diario, a las personas consagradas en la vida contemplativa. Una realidad que puede parecer escondida, ajena al mundo y afectada de manera directa por los efectos de la secularización, pero que, desde la Conferencia Episcopal Española (CEE), se considera “tan necesaria en la Iglesia y para el mundo”.

Para estas personas, “para expresar el reconocimiento, estima y gratitud por lo que estos hermanos y hermanas nuestras representan en la Iglesia y en nuestra sociedad”, se ha instituido la Jornada Pro Orantibus, que se celebra en este día bajo el lema “Contemplar el mundo con la mirada de Dios”. Se trata, también, de una oportunidad, donde sea posible, para que los fieles participen en las celebraciones litúrgicas de algún monasterio, salvaguardando, claro está, las características propias de la clausura.

En un mundo marcado por la prisa, la inmediatez y lo efímero, las miles de mujeres y hombres que se han consagrado a la contemplación “aportan una forma distinta de vivir, dando prioridad al ser más que al hacer”, señala a Vida Nueva Ángel Moreno, vicario episcopal para la vida consagrada de la diócesis de Sigüenza-Guadalajara. Se trata, en su opinión, de “una opción de libertad, por lo que significa su opción de vida un tanto contracultural. Una llamada de atención a quienes consumen primeras noticias, al vivir en la novedad de lo permanente.

Florecimiento de nuevas comunidades

Frente a una cierta crisis en la vida contemplativa “clásica”, asistimos al florecimiento de nuevas comunidades que arrastran a numerosos  jóvenes, mujeres principalmente. “El ser humano busca, y los contemplativos son los rastreadores del mundo interior. Son muchos los que se siente llamados a la interioridad, aunque la contemplación cristiana no es un movimiento ensimismado, sino una relación enamorada con quien se sabe que nos ama”, apunta este sacerdote, también capellán del monasterio cisterciense de la Madre de Dios de Buenafuente del Sistal.

“Los más inconformistas –añade– son los contemplativos. Quizá esta es la razón de que siga habiendo jóvenes que, atraídos por el mundo interior, marchan al desierto de la contemplación”. Y subraya que “una esencia del contemplativo cristiano es saberse llamado por Jesús a subir al Monte Tabor, para contemplar su rostro, y ser reflejo de la revelación divina en su Hijo Amado”.

En un momento en que no faltan voces que hablan de la decadencia de esta forma de vida, Ángel Moreno asegura que “nunca faltarán en la Iglesia personas que nos testifiquen el amor divino” y recuerda que “desde el principio, Jesús se dejó acompañar por contemplativos, por el discípulo amado, y por algunas mujeres, entre ellas por María Magdalena”. “Es de la esencia de la Iglesia la dimensión esponsal, y los consagrados, de manera especial los contemplativos, son en la Iglesia la respuesta amorosa a quien nos entregó su vida por amor, a Jesucristo”, incide el vicario episcopal.

En opinión, “cambiará la forma exterior, el modo de vivir la radicalidad del desierto, pero siempre habrá en la Iglesia testigos enamorados del Amor divino, y no solo porque sea un movimiento generoso de nuestra parte, sino porque el Espíritu Santo seguirá derramando en los fieles el don de la contemplación, en aquellos que no se conforman con menos que con Dios”.

Momentos de incertidumbre

Es cierto que la vida contemplativa en España pasa por momentos de incertidumbre, con una edad media de sus miembros que supera los 75 años y una falta de vocaciones que, en los últimos tiempos, y no siempre con el fruto esperado, procedía en buena medida de otros continentes. Estas son algunas de las poderosas razones que están llevando a que cada mes cierre un monasterio en España.

Pero las cifras todavía nos hablan de la “potencia espiritual” que fue nuestro país, que acoge a casi 800 monasterios de los 3.000 que hay repartidos por todo el mundo, y 300 más que Italia, el segundo país con mayor número de comunidades de vida contemplativa.

Según los últimos datos disponibles (2016), facilitados por la Conferencia Episcopal Española, hay 779 monasterios femeninos, con un total de 8.985 monjas. El número de las comunidades masculinas es sensiblemente menor, con 35 monasterios y 340 monjes.

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