En este 2017 se están cumpliendo los 110 años del nacimiento del cardenal Vicente Enrique y Tarancón, y la Diputación de Castellón lo está celebrando en junio con un mes temático en torno a su figura. Además de una exposición, desde el pasado día 2 y hasta el 30 se está desarrollando un ciclo de conferencias para analizar su vida y obra. Ayer lunes 12, el ponente invitado fue Antonio Pelayo, sacerdote y periodista, corresponsal de Vida Nueva en Roma.
“Después del cardenal Cisneros, ningún otro purpurado ha ejercido tanta influencia en la vida religiosa y política de España como Vicente Enrique y Tarancón”, señaló Pelayo ante un centenar de personas.
Pelayo, que conoció a Tarancón personalmente en la década de los 70, durante los años que trabajó en el diario Ya y en Vida Nueva, habló de los “momentos trágicos” y “acontecimientos complejos” que sufrió el cardenal y que le “marcarían de por vida”; de sus preocupaciones –“A los sacerdotes dedicó mucho tiempo y no pocas energías–; y de sus valores personales: “Fue cercano y prudente”.
Pero por encima de todo, el corresponsal vaticano subrayó la importante aportación de Tarancón durante la Transición: “La historia reconocerá que fue un factor decisivo” para la reconciliación de los españoles en el proceso de alcanzar la democracia.
En una entrevista concedida al Periódico Mediterráneo, Pelayo recalcaba su “admiración” por el cardenal: “Pienso que su persona y su obra merecen que se le recuerde”.
“En mi opinión, no se le ha hecho toda la justicia que se merece. Ha habido una especie de conspiración para enterrar el ‘taranconismo’ (término que a él no le gustaba). En ciertos sectores se ha minusvalorado su papel y el de la Iglesia en toda la Transición”, decía el periodista, aunque matizando que el cardenal tuvo también “muy buenos colaboradores y, sobre todo, gozó siempre del apoyo de Pablo VI”.
En todo caso, su legado es la aplicación del Vaticano II en España, “que es una tarea que aún no hemos realizado y que fue uno de los ejes de la vida del cardenal”; y “la renovación de nuestra religiosidad, que necesita aún madurez y mayor audacia evangelizadora”.
Preguntado por las posibles similitudes entre Tarancón y Francisco, Pelayo concede que, a pesar de sus circunstancias históricas diferentes, “hay entre los dos muchos puntos de coincidencia: su compromiso en favor de la paz, de la reconciliación, del diálogo, de la apertura, de la colaboración”.
El ciclo de conferencias en el Mes Tarancón lo abrió el 2 de junio el Padre Ángel García, fundador de Mensajeros de la Paz, y también él habló de los parecidos entre el cardenal castellonense y el papa argentino.