El legado de Orlando Fals Borda

40 años después del primer congreso mundial sobre Investigación Acción Participativa, Cartagena acoge simposio de la Red de Acción de Investigación de las Américas

El legado de Orlando Fals Borda

Por estos días se desarrolla en Cartagena la Quinta Conferencia Anual de la Red de Acción de Investigación de las Américas (ARNA). La actividad rinde homenaje a Orlando Fals Borda, justo 40 años después de que el sociólogo presbiteriano nacido en Barranquilla realizara el primer congreso mundial sobre Investigación Acción Participativa (IAP).

Como ha explicado Alfonso Torres, profesor de la Universidad Pedagógica Nacional, la contribución de Fals Borda a las ciencias sociales se tradujo, más tarde, al campo de la educación popular. Recientemente, Torres moderó un papel en la Universidad San Tomás, de Bogotá, bajo el título “Investigación acción, investigación participativa y transformación educativa”. Participaron como ponentes en dicho evento Carlos Rodríguez Brando, de Brasil; Ana Dumrauf, de Argentina; y Michelle Fine, de Estados Unidos, quienes llegaron al país para unirse después al simposio de Cartagena.

Rodríguez insistió en que históricamente la Investigación Acción Participativa ha hecho parte de la movilización de los sectores sociales que buscan el respeto de sus derechos y la transformación de sus condiciones de vida, a través de acciones como la educación popular. Como explicó, la década de 1960 fue determinante para que América Latina se redescubriera a sí misma y comenzara a leerse de una forma distinta. IAP, educación popular y teología de la liberación son expresiones de un mismo proceso histórico. La vocación humanizadora de las iniciativas educativas, en trato con lo anterior, forma parte de un conjunto de principios destacados por el brasilero, entre los cuales se encuentran, igualmente, el compromiso con el pueblo y la actitud anti-colonizadora, insurgente y revolucionaria. A su parecer, hoy hace falta redimensionar la exigencia de integración entre los procesos sociales, para evitar que la educación popular sea domesticada por el sistema que debería combatir.

De esta integración entre educación popular y movimiento social es ejemplo el trabajo desarrollado por la argentina Ana Dumrauf, quien, como parte del Frente Darío Santillán e investigadora de la Universidad de La Plata, ha participado en estrategias de formación en favor de adultos vinculados a iniciativas de reivindicación civil. Tal aspecto de su labor y el trabajo con maestros de escuelas públicas en contextos barriales se ha visto beneficiado por los aportes que Fals Borda hizo en su momento.

De tales aportes también ha bebido la práctica social de Michelle Fine, quien durante el panel recordó también a figuras como Ignacio Martín Baró y Paulo Freire, al momento de subrayar que “toda persona tiene conocimiento y sabiduría”, y que la pretensión de la educación popular es ponerlos en común. Public Science Project, una iniciativa con la que ha estado vinculada en Nueva York, integra el arte a las herramientas de la investigación en campo y ha logrado que mujeres de sectores marginados de la ciudad se empoderen en su capacidad de análisis, denuncia y transformación.

Tres experiencias enraizadas en lugares diferentes del continente que dan cuenta de la influencia del legado de Orlando Fals Borda, objeto de estudio, por estos días, en Cartagena.

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