En Centroamérica los gobiernos ciertamente han estado muy cercanos a la Iglesia, pero siempre con miras a compartir el poder, compartir intereses; no ha habido una estrategia para buscar mejores políticas públicas a favor de la gente pobre, a favor de los migrantes. Por eso pienso que Centroamérica no la tiene fácil, necesita de pastores proféticos para salir de la crisis en la que se encuentra.
Así lo dijo en entrevista para Vida Nueva Digital México, el sacerdote defensor de los derechos de los migrantes, padre José Alejandro Solalinde Guerra, quien recientemente participó en la presentación del libro La Iglesia de El Salvador y Guatemala. Entre el poder y la opción preferencial por los pobres, de Juan José Monroy García, que trata sobre el papel que jugó la Iglesia en momentos difíciles de la historia de ambos países.
Urgen pastores proféticos
Solalinde no tiene empacho en asegurar que actualmente no ve una Iglesia comprometida con el pueblo en Centroamérica, con excepción de algunos pastores como monseñor Gregorio Rosa Chávez, obispo auxiliar de San Salvador, o monseñor Álvaro Leonel Ramazzini Imeri, obispo de Huehuetenango, en Guatemala. “Pero no ha habido un compromiso fuerte y sólido de parte de la jerarquía centroamericana, de hecho, no ha respondido”, explicó.
Incluso, consideró que el cardenal hondureño, Óscar Rodríguez Madariaga ha sido el más “insensible” y el que menos respuesta ha dado en materia de apoyo a los migrantes; “yo esperaba mucho de él por ser del grupo de cardenales que asesora al papa Francisco, pero no ha ayudado a sus migrantes, y en cambio, hay muchas quejas y sentimientos de vacío por parte de los católicos hondureños”.
En su opinión, un factor que pudiera ayudar mucho a Centroamérica en este momento sería que los pastores proféticos que tiene Guatemala y El Salvador se unieran y trabajaran de la mano de monseñor Rosa Chávez, quien el próximo 28 de junio será creado Cardenal por el Santo Padre. “Creo que si trabajan juntos podrían hacerle mucho bien al pueblo, a la gente pobre”.
Monseñor Gregorio Rosa, la esperanza
Sobre el cardenalato de monseñor Gregorio Rosa, el padre Alejandro Solalinde lo calificó de “fantástico” y “esperanzador”, pues, desde su punto de vista, el nombramiento forma parte del plan estratégico del Papa para renovar la Iglesia. Recordó: “Rosa Chávez fue colaborador de monseñor Romero, con quien estuvo trabajando hombro con hombro. Después de eso lo tuvieron como auxiliar, es decir, no lo tomaron en cuenta. Era un obispo segundón, aunque él en realidad siempre ha sido muy comprometido con el pueblo”.
Al elegirlo como Cardenal –continúa– no solamente le da un cardenalato a El Salvador, que nunca lo había tenido, sino que el Papa manifiesta su deseo de quitar a las sedes cardenalicias el “pedigrí”. “Con ello, quiere hacer un reconocimiento a los lugares más pobres para que ahora éstos tengan la posibilidad de elegir a un Papa diferente, un Papa comprometido; puedo decir que es un acto de justicia para la lucha salvadoreña, pero también para todos los pueblos que han luchado por un cambio en América Latina”, añadió.
Regreso a la misión itinerante
El también director del albergue Hermanos en el Camino aseguró que México y Centroamérica necesitan de pastores que se olviden del modelo residencial de san Juan María Vianney, y asumir el modelo de Jesús: “No quiero decir que el modelo residencial del Santo Cura de Ars esté mal, pero la mayor parte de la gente está fuera de las iglesias”.
Por ello, Solalinde consideró fundamental que los pastores salgan, acompañen y vuelvan a la dinámica de la “misión itinerante” centrada en el reino de Dios. “Se necesita eso, una misión sencilla, cercana, que acompañe, que camine con la gente”.
En torno a la importancia de crear nuevas formas de convivencia social basadas en el respeto, el sacerdote dijo que la Iglesia tiene una gran responsabilidad en este sentido, principalmente a través de la formación, educando en la fe. “Pues no puede haber relaciones cordiales de respeto, de igualdad, de hermandad, si no tenemos una educación en la fe; necesitamos hacerlo, no se va a modificar nada si no somos discípulos de Jesús; tenemos que encontrarnos con él, escucharlo, descubrirlo en todas partes para poder asumir su misión del reino de Dios”.
Añadió: “La iglesia en este momento debe formar, educar, sobre todo con un objetivo: tiene que demostrar que está con la gente, que acompaña a la gente, tiene que demostrar con su vida que Jesús está de verdad con nosotros a través de ministros cercanos y comprometidos”.
Encuentros que alientan
– Recientemente estuvo usted en Roma. ¿Pudo ver al Papa? ¿Qué le dijo?
–Me sorprendió que el Papa es una persona muy bien informada; yo solamente había pedido, como muchos, saludarlo en la plaza de San Pedro, pero él me dio la oportunidad de estar en la primera fila. Eso me sorprendió mucho. Cuando me presenté, él me dijo: ‘sí lo conozco; conozco su trabajo y lo conozco a usted’. También me dijo: ‘Continúe, sé que no es fácil lo que está haciendo, pero continúe’. Yo estaba muy animado de saber que estoy siguiendo a Jesús por el camino correcto, pero este reconocimiento de la máxima autoridad mundial de la Iglesia, es mucho muy alentador”.