La escultura religiosa en España se mueve entre una “prometedora tendencia de renovación”, marcadamente hiperrealista, y la vuelta a estilos más clásicos y barrocos
“Más que convivencia entre la imaginería religiosa con el arte contemporáneo, hoy día, en España, debemos hablar de una existencia paralela. No hay comunicación ni reflexión acerca de la deseable convivencia entre tradición y modernidad en la imagen sagrada contemporánea”, afirma Pablo López Raso, director académico de las titulaciones de Bellas Artes y Diseño de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV).
“Ahora se detecta una prometedora tendencia de renovación relacionada con un realismo o hiperrealismo que trata de dar vida al mensaje intemporal de las Escrituras –añade–. Hay interesantes iniciativas que tratan de conectar con los lenguajes y canales contemporáneos, pues la Nueva Evangelización necesariamente debe atender al perfil actual al que se dirige, sin perder la maravillosa tradición conservada. No deberían ser tendencias contrarias, más bien complementarias”. (…)
El escultor Jorge Fernández Benítez, al frente del taller Arteaznarez junto a su hermano José Ángel, afirma, por su parte, que la imaginería española vive, precisamente, un regreso, una revitalización de estilos realistas, más clásicos y barrocos: “Podría decirse que en los años 70 hubo un período de líneas rectas y formas más simplificadas, y luego se ha vuelto a un estilo más clásico. Durante esos años, las imágenes se hacían mayoritariamente en policromía a madera vista o enceradas, y luego se ha vuelto más a la policromía tradicional, con estofados, con dorados. Y a unos estilos más cargados, más barrocos. Esa es la tendencia”.
Los hermanos Fernández Benítez son un ejemplo de imagineros que han sabido conjugar tradición y renovación. “Para mí es más importante, más que un estilo definido, más barroco o más moderno, que la figura transmita. Con la mirada, con la expresión del cuerpo –resalta Jorge Fernández Benítez–. El estilo es un añadido a la expresión. La expresión es lo que determina. Lo fundamental en el arte es que la escultura transmita. Que transmita una emoción, si estoy pensando en una Maternidad, o dolor, si lo hago en una escena de la Pasión. O que trasmita el espíritu, por ejemplo, si pienso en los muchos santos fundadores que hemos hecho”. (…)