El jueves 15 de junio se llevó a cabo en las instalaciones de PPC-México el concierto-reflexión “Estoy en duelo”, a cargo de Rafa Salomón, quien a través de reflexiones y música, logró llegar al corazón de los asistentes, sobre todo de quienes han sufrido la pérdida de un ser querido recientemente.
El artista mexicano comenzó por explicar que no todos los duelos tienen como causa la muerte de una persona, sino que pueden ser incluso debido a la pérdida de un trabajo o por un divorcio.
Fue hace cuatro años, tras leer el libro Estoy en duelo, de José Carlos Bermejo, cuando sintió la necesidad de “llevar vida” a la gente, haciéndole entender el proceso de duelo a través de una manera muy peculiar: con la música.
Y es que –dijo– la muerte de un ser querido nos cambia; se van ellos y una parte de nosotros también se va. El dolor que provoca una pérdida es como una “espiral interminable”; sin embargo –añadió– esto es parte de nuestra vida y algún día nos sorprenderá; sin motivos o con ellos, nos separará de nuestros seres queridos, y debemos estar preparados”.
Rafa Salomón, quien hace menos de medio año sufrió la pérdida de sus padres, explicó que muchas personas, cuando experimentan este tipo de situaciones, entran en una etapa de negación sin saber que ese dolor, cuando se comprende, puede enseñar a vivir.
“Una partida no es el último adiós, sino un hasta luego, pues podemos sentir a nuestros seres queridos cada vez que los recordamos. Los seres humanos no tenemos fin”, agregó.
Aseguró que el duelo debe humanizarnos en lugar de enfermarnos: “debemos hacer algo constructivo con el dolor y vivir honrando la vida, que día a día nos recuerda lo vulnerables que somos, pero también la simpleza con la que podemos vivir”.
Según algunas estadísticas, cuando una persona muere, al menos siete personas sufren su partida. “Esto es común, pues del tamaño del amor que sentimos por esa persona, será el tamaño del dolor”.
Durante el evento, Rafa Salomón cantó algunas piezas relacionadas con el tema del duelo, entre ellas “Levántate y ponte de pie”, “Te quiero” y “Todo está bien”; por momentos pidió a los asistentes acompañarlo con los coros de las melodías.
Hubo algunos testimonios muy emotivos, como el relato de una mujer que experimentó la muerte de su hija de 11 años de edad, o el de otra participante que sufrió al separarse de sus hijos hace cinco años. Ante el inevitable rodar de las lágrimas, Rafa Salomón les recordó que “el lenguaje de las lágrimas es el lenguaje del amor”.
Al término del evento, una de las participantes comentó que es la cuarta vez que acude a los conciertos de Rafa Salomón, pues las reflexiones y la música propician en ella un encuentro con Dios.
Otra mujer, quien asistió con su hijo, refirió que hace algunos meses perdió a su esposo, por lo que el concierto-reflexión “me ayudó a sentir y a sacar el dolor que eso me produjo”; con un rostro lleno de esperanza, añadió: “Dios es lo que me levanta”.
Finalmente, Rafa Salomón, al hacer un balance del evento, reconoció que le duele ver las lágrimas de los asistentes y darse cuenta del profundo dolor que llevan cargando; no obstante, dijo que es esperanzador ver que de alguna manera cambia en ellas su visión de la vida ante la pérdida de un ser querido, situación por la que, tarde o temprano, todos habremos de pasar.