“Francisco es de una vigencia permanente, nos sorprende todos los días, no ha pasado a un segundo plano. Uno no sabe si lleva tres años de pontificado o fue ayer cuando salió al balcón”. Es el perfil que dibuja el cardenal arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, sobre Jorge Mario Bergoglio, con motivo de la presentación de la revista ‘Il mio Papa’, que se presentó ayer miércoles 21 de junio en la sede madrileña de la Universidad Pontificia Comillas.
De venta en quiosco, la revista, que sigue la estela de su edición italiana, tiene una periodicidad mensual. Publicada por Romana Editorial y respaldada por la Universidad Católica de Valencia, ‘Il mio Papa’ es la primera revista dedicada íntegramente al papa Francisco.
“Esta revista es una revista sorpresa que nos pone esa vigencia al alcance de la mano en el kiosko, en un formato que atrae enseguida”, explicó el cardenal Amigo, antes de un acto en el que participaron la directora de Romana Editorial, Carmen Magallón, y el rector de la Universidad Pontificia Comillas, Julio Martínez.
Amplia entrevista con el cardenal
Antes de la presentación, el arzobispo emérito de Sevilla abordó los principales temas de actualidad se le pusieron sobre la mesa en un encuentro con Vida Nueva y Europa Press, de Donald Trump a los desafíos del yihadismo.
PREGUNTA.- ¿Qué le parece la propuesta del Consejo de Cardenales que persigue que laicos y religiosos sean consultados ante el nombramiento de futuros obispos?
RESPUESTA.- Me parece muy bien que se consulte a laicos y religiosos. Las personas que están cerca de otras personas pueden ayudar a este tipo de decisiones, como se hacía en la Antigüedad. De alguna manera puede ayudarnos a buscar mejor a los pastores, o como decía aquella cita en latín: al mejor que nos puede servir.
P.- Los cuatro cardenales que se oponen a Amoris laetitia han vuelto a la carga y se quejan de no ser recibidos por el Papa en audiencia.
R.-Lo que el Santo Padre tenía que decir ya lo ha dicho en la exhortación apostólica. Aun así, él está siempre dispuesto a ayudar. Lo peor que puede pasar con un documento es que pase desapercibido. Y no ha sido así con Amoris laetitia. Además, hasta donde yo lo he vivido, siempre está dispuesto a recibir y a escuchar a los cardenales. Si pides audiencia, nunca te pregunta por qué, busca la manera de recibirte. Además, a Francisco le gusta ver la realidad desde distintas perspectivas.
P.-¿Cómo valora el encuentro que mantuvo Francisco con Trump?
R.- El Papa fue muy listo con Donald Trump. Ha sabido seguir la línea de sus antecesores. Se entrevista con unos y con otros. El Papa siempre dice su mensaje, pero lo sabe hacer de tal manera para que aquellos que tiene enfrente no solo no se enfaden, sino que se lo agradezcan. Le ocurrió a Trump y también a Merkel esta misma semana. Sabe hacer que la corrección sea verdaderamente fraterna, entablando una amistad con su interlocutor. Y esa es la pericia del mejor comunicador.
P.-Sin embargo, el presidente norteamericano no parece haberle hecho mucho caso en materia de medio ambiente y migración…
R.-Como decía un vicario general que tenía yo, algo siempre queda.
Sobre los refugiados
P.-Ayer se celebró la Jornada Mundial del Refugiado. Su acogida parece una asignatura pendiente de la Unión Europea y de nuestro Gobierno…
R.-En cuanto a se califican los temas como asignaturas suspensas, tengo mis dudas de que sea así. Yo prefiero mirar estas cuestiones desde lo mucho que ya se ha hecho. Con esta mirada, podemos decir que tenemos un aprobado, aunque bien es cierto que deberíamos aspirar al sobresaliente.
P.-Un día sí y otro también somos espectadores de atentados yihadistas en Europa. ¿Cómo responder a esta amenaza?
R.-He convivido muchos años con los musulmanes. Terroristas los hay de un lado y de otro. Si hay un terrorista que dice ser cristiano, tiene que dejar inmediatamente las armas y respetar al hermano. En el islam saben que el nombre de Dios es sagrado y no se puede manchar con sangre.
Sobre los homosexuales
P.-Esta semana Madrid se convierte en la capital mundial del colectivo LGTB. ¿Cómo ve actos de este tipo o la decisión de cambiar de colores de los pasos de cebra, semáforos…?
R.-Hace muchos años, cuando era prefecto de Doctrina de la Fe Joseph Ratzinger, se publicó un documento magnífico sobre los homosexuales, en el que se subrayaba que, ante todo, hay que ayudarlos y respetarlos. Ahora, juzgar si me parece bien un color o un semáforo, ahí no entro.
P.-Francisco fue más allá con su pregunta “¿quién soy yo para juzgar a un homosexual?”
R.-Desde el punto de vista pastoral, la Iglesia ha ido dando respuestas hacia la acogida. Francisco, además, siempre ha tenido la gran sabiduría de seguir la línea de otros pontífices.
“Si la Iglesia tiene que pagar el IBI, que pague”
P.-El pasado fin de semana se celebró el 39 Congreso del Partido Socialista. Con Pedro Sánchez al frente, se respaldó reclamar a la Iglesia el pago del IBI, el Impuesto de Actividades Económicas, denunciar los acuerdos Iglesia-Estado y aprobar una ley a favor de la eutanasia. ¿Cómo ve este nuevo PSOE?
R.- Remover estas cuestiones me suena al camarote de los hermanos Marx. Estos asuntos se han convertido en una especie de leitmotiv, un estribillo que, de tanto repetirlo, resulta cansino. Ahora bien, si hay que estudiar estos temas, se tratan, pero como se deben tratar. Por ejemplo, si la iglesia tiene que pagar el IBI, que pague, pero que se aborde revisando todas las implicaciones de la ley de mecenazgo. Los cristianos no dejan de ser ciudadanos con todos sus derechos y sus obligaciones.
P.-El Gobierno anunció la pasada semana un censo de bienes de la Iglesia para comprobar si el proceso de inmatriculaciones llevado a cabo en los últimos años se ajusta a la ley. ¿Le parece excesivo?
R.-Está muy bien, porque así aclaramos la situación. Si algo está torcido, habrá que enderezarlo. Si se ajusta a derecho, habrá que aceptarlo. Si son propiedad de la Iglesia, no hay que seguir dándole vueltas. Hay que estar abiertos al diálogo y a la transparencia. No hay que tener ni nostalgia del pasado ni miedo del futuro.