Vaticano

Francisco: “Los santos nos rodean invisiblemente, y su compañía e intercesión se hace evidente”

  • En la audiencia de los miércoles, el Papa continúa su ciclo de catequesis sobre la esperanza
  • El Pontífice se une a la campaña por la nueva ley de inmigración italiana que impulsan entidades de Iglesia





Tras el llamamiento hecho el domingo pasado durante el rezo del ángelus, el papa Francisco ha vuelto a referirse hoy 21 de junio a los refugiados. Al final de su catequesis semanal de los miércoles, ha recordado que, en el marco de la Jornada Mundial del Refugiado celebrada ayer, saludó hace unos días a un grupo de refugiados acogidos en la diócesis de Roma.

Además, ha aprovechado para sumarse a la campaña por la nueva ley de inmigración italiana que está impulsando Cáritas con otras instituciones católicas bajo el lema ‘Era extranjero… La humanidad que hace el bien’.

Los santos, hermanos mayores

Dentro del ciclo de catequesis dedicadas a la esperanza y ante los numerosos fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, la reflexión de esta semana ha versado sobre “Los santos, testigos y compañeros de esperanza”.

El Papa ha explicado que “nuestra vida como cristianos está marcada por la presencia poderosa de la mano de Dios que nos sostiene”. Pero, también, ha recalcado, “por la asistencia discreta de los santos, que son hermanos y hermanas ‘mayores’ que han recorrido nuestro mismo camino, que han sufrido nuestras mismas penalidades y que viven ya para siempre con Dios”.

Para Francisco, la existencia de los santos “nos asegura que la vida cristiana no es un ideal inalcanzable, sino que es posible con la gracia de Dios”. Siguiendo una expresión de la carta a los Hebreros, el Papa se ha referido a ellos como “una nube ingente de testigos”.

Los santos, ha subrayado Bergoglio, “nos rodean invisiblemente, y su compañía e intercesión se hace evidente en los momentos culminantes de nuestro caminar cristiano: como en el Bautismo, donde por primera vez se invoca su intercesión para que Dios nos ayude en la lucha contra el mal”.

Esta presencia se produce hasta el momento final de la vida: “Somos polvo, pero amasados con el amor de Dios, y que fieles a esta tierra amada por Jesús, caminamos decididamente hacia la patria definitiva, guiados por una sólida esperanza”, ha afirmado el Papa, que ha pedido al Señor que “nos conceda la gracia de ser santos, de convertirnos en imágenes de Cristo para este mundo, tan necesitado de esperanza, de personas que rechazando el mal, aspiren a la caridad y a la fraternidad. Que Dios los bendiga”.

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