“Quien llega a ocupar la sede metropolitana antofagastina no desea otra cosa que configurarse cada día más con Jesucristo, Buen Pastor, sacerdote por excelencia, que ha entregado su vida por todos nosotros, especialmente por los más pobres y pequeños. Me uno una vez más a Jesucristo sacerdote, para dar a esta nueva comunidad de comunidades el pan de la Palabra, el pan esperanza, el pan de la eucaristía, el pan del perdón, el pan de la verdad” expresa el recién nombrado arzobispo de Antofagasta, Ignacio Ducasse, en una carta dirigida a su antecesor, Pablo Lizama –que renunció al cumplir los 75 años, según lo establece el Código de Derecho Canónico–, y a la comunidad arquidiocesana. “Desde ya pido al Señor –agrega– que todos estemos siempre a la altura de las exigencias de formar una Iglesia ‘en salida’ como nos pide el Santo Padre, abiertos para dialogar con la sociedad y su cultura y con los hermanos de otras confesiones religiosas”.
Ducasse estuvo 15 años como obispo de Valdivia, en el sur de Chile, sede a la que llegó el año 2002 al recibir su consagración episcopal, después de ocho años como rector del Pontificio Seminario Mayor de Santiago. Es licenciado en Derecho Canónico por la Universidad Lateranense de Roma e hizo un Diplomado en Derecho y Teología de la Vida Religiosa.
En ese período ocupó varios cargos en la Conferencia Episcopal de Chile – CECH y el año 2011 fue elegido su secretario general hasta 2014. Actualmente es presidente de la Comisión Nacional de Pastoral de Educación Superior y de la Comisión Nacional de Vocaciones. Desde 2012 es también miembro del Departamento de Vocaciones y Ministerios del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM).
Nació el año 1956 en Santiago y sus estudios de enseñanza media los realizó en el área técnica perfeccionándolos en la Universidad Técnica del Estado. Al asumir su vocación sacerdotal ingresó al Pontificio Seminario de Santiago donde terminó su formación sacerdotal y fue ordenado sacerdote el año 1984, por el entonces cardenal arzobispo Juan Francisco Fresno. Su ministerio sacerdotal estuvo fuertemente dedicado a la formación y la docencia, especialmente en el mismo Seminario de Santiago, donde fue formador y luego rector.
La diócesis de Valdivia fue creada en 1944 y actualmente tiene 17 parroquias. Como obispo, Ducasse mantuvo su estilo sencillo, cercano a la gente y acompañando a las comunidades. Consolidó la organización diocesana respondiendo al desarrollo y los nuevos desafíos de la región. Ahora llega a una sede metropolitana con 20 parroquias en pleno desierto de Atacama. La provincia eclesiástica de la que hace cabeza está integrada por otras tres diócesis sufragáneas: Arica, Iquique y Calama.