Una multitud se congregó en Asunción para vivir el Congreso Eucarístico Arquidiocesano.
Con la frase Abrazarse a Cristo Jesús (Jn 15, 1 – 17) como lema, Asunción celebró el Congreso Eucarístico Arquidiocesano (CEA), “un don precioso del Señor y un momento privilegiado de gracia y bendición, convocado y animado por nuestra Iglesia local, a través de la iniciativa particular de nuestro Pastor con el firme propósito de agradecer, celebrar y fortalecer nuestra fe en torno a Jesús Eucaristía”, anunciaba la convocatoria.
Las actividades principales se centraron entre el 15 y el 18 de junio, en el marco del fin de semana en que la Iglesia celebró el Cuerpo y la Sangre de Cristo. Durante estos los días, acompañó el CEA el cardenal arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, quien en el primer mensaje en tierra guaraní aseguró: “Quiero mucho al pueblo paraguayo por un montón de razones, desde familiares hasta históricas, que unen mi pueblo con el pueblo del Paraguay. Ni qué decir de la presencia de José Gervasio Artigas, nuestro héroe nacional, durante tantos años aquí. Pero hoy vengo porque me invitó monseñor Edmundo Valenzuela a este CEA”
La razón del amor
La celebración central se llevó a cabo el jueves 15 por la tarde. El pintoresco paisaje de la costanera asunceña abrazaba a la multitud que se acercó para participar de la misa que presidió el cardenal Sturla. Al momento de la homilía, el prelado uruguayo volvió a saludar a sus “hermanos paraguayos”, a quienes les manifestó un “enorme cariño”: “Un cariño aprendido en mi casa, de mi padre, de la tradición familiar, del sentido de que quedamos en deuda con Paraguay desde los días tristes de la historia sangrienta de nuestros pueblos en el siglo XIX”.
Sobre la fiesta de Corpus Christi, Sturla destacó: “Que Él se proclame pan vivo bajado del cielo puede sonar simbólicamente bien, pero que Él diga, el pan que yo daré es mi carne para la vida del mundo… sin duda sonó mal a los oídos de quienes lo escuchaban, como sonaría mal a nuestros oídos si no estuviéramos acostumbrados a escuchar… ¿Cómo es eso de comer la carne de un hombre? Los judíos de Cafarnaúm discutían entre sí: ‘¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?’”
“La mayor iniciativa de amor nació del más gran corazón. Y eso no es cosa que escandalice. Es cosa que asombra y maravilla. Y este asombro y deslumbramiento se refiere menos a la Eucaristía, que al amor que la hizo posible. La Eucaristía es el río; el amor es el manantial. Dado el manantial, el río corre de por sí”, apuntó el cardenal uruguayo en tierra paraguaya. Y acotó: “Pero el manantial es decir aquí, en el Corazón de Cristo, el inagotable brotar del amor, ese es la verdadera maravilla, ante la cual nunca nos extasiaremos bastante. Porque los que estaban en la sinagoga no entendieron el amor, por eso no pudieron comprender la razón de lo demás”.
En seguida, Sturla afirmó con certeza que la razón de la Eucaristía es el amor: “Porque ama y porque, si se ama, uno se da por necesidad; se queda por deseo y se ayuda por instinto”.
Y nombró una coincidencia: “Ustedes han elegido como lema de este CEA, “abrazarse a Cristo Jesús”. Miren las coincidencias de Dios. Este miércoles 13 de junio el Papa acaba de instituir la Jornada Mundial de los Pobres (…) El Papa Francisco animó a los cristianos, creyentes de otras religiones y en general a todo el mundo, con motivo de la I Jornada Mundial de los Pobres, a invitar a los pobres ‘a nuestra mesa como invitados de honor’, ya que así ‘podrán ser maestros que nos ayuden a vivir la fe de manera más coherente’”.
“Abrazarse a Cristo Jesús –continuó– es también abrazar al hermano que sufre, al hermano marcado por la pobreza y el dolor. Es ‘tocar la carne de Cristo en las heridas de los pobres’. Este CEA donde experimentaremos el abrazo de Jesús presente en su carne en la Eucaristía nos lleva también a abrazarlo en su carene n los hermanos que sufren”.