La Iglesia está convencida. Existen hilos comunes entre las diferentes organizaciones eclesiales que posibilitan trabajar juntos e ir tejiendo redes para la participación crítica y para la acción y la cultura transformadora. Si hay algo claro es que, con el paso del tiempo, las campañas en las que se trabaja en red son cada vez más numerosas. Todos remando a una para favorecer la misión.
Pero esta terminología de trabajo en red no surge hoy. Como indica a ‘Somos Confer’ el arzobispo de Tarazona, Eusebio Hernández Sola, “se remonta al Concilio Vaticano II”. En concreto, a ‘Lumen gentium’, que “nos invita a no vivir y trabajar aisladamente sino en conexión unos con otros porque todos formamos el Pueblo de Dios”.
Por eso, el agustino cree que “hoy más que nunca es el tiempo de evangelizar en red”. Esto es “aludir a la solidaridad y a la comunión”, subraya. “Dos actitudes fundamentales para impulsar a la comunidad eclesial hacia una nueva evangelización desde el espíritu del ‘Mutuae relationes’”, añade. (…)
Ante las dificultades de la Vida Religiosa
ante la escasez de vocaciones y el envejecimiento de las comunidades”, explica Javier Goñi Echeverría, CMF, presidente de la ONGD Fundación PROCLADE.
No obstante, “la razón de unirse a otros para llevar a cabo la misión encomendada a la Iglesia es mucho más profunda y nace de la llamada misma de Jesús en el origen del Evangelio”. De hecho, es una forma de “ganar en fuerza, en capacidad de actuar, en alcance, en unidad de mensaje, en capacidad de incidencia social y política; pero, sobre todo, ganamos en fidelidad a la misión recibida y en coherencia”.
Y puntualiza: “Gana aquello que constituye la propia meta de nuestra misión, porque el hecho mismo de trabajar unidos, como comunidad, supone ya un avance por sí mismo en testimonio evangélico y en construcción del Reino del Amor aquí y ahora”. (…)