El Vaticano pide la liberación del obispo chino Pietro Shao Zhumin, secuestrado por la policía

Según ha confirmado el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Greg Burke, hoy lunes 26 de junio, la “Santa Sede sigue con preocupación la situación personal” del obispo chino Pietro Shao Zhumin, de 54 años. El prelado lleva secuestrado desde el pasado mes de septiembre, tras la muerte del anterior obispo de Wenzhou, diócesis reconocida por el Vaticano pero no aceptada por la iglesia nacional china.

Shao Zhumin, al ser el obispo coadjutor, era el sucesor natural. El secuestro impidió que pudiese presidir los funerales y tomar posesión de la cátedra episcopal.

Según los testimonio recogidos por la agencia AsiaNews, el obispo fue invitado por la policía china “para hacer un viaje”. Fue entonces cuando, acompañado por su secretario, el sacerdote católico no oficial Paolo Jiang Sunian fue llevado por la policía y desde entonces se ha perdido su rastro.

La Santa Sede está “dolida”

El obispo fue fotografiado a mediados de mes retenido por la policía china en el aeropuerto de Wenzhou, lo que parecía anunciar su pronta liberación, pero sigue aún en paradero desconocido. Este hecho ha propiciado diferentes llamamientos internacionales pidiendo su liberación, como el del embajador alemán en China el pasado miércoles.

El Vaticano ha confirmado que “la comunidad católica diocesana y los familiares no tienen noticias ni sobre los motivos de su secuestro ni sobre el lugar donde está retenido”.

Por su parte, Burke ha señalado que “la Santa Sede, profundamente dolida por este y otros episodios que no facilitan caminos de entendimiento, desea que monseñor Pietro Shao Zhumin pueda volver cuanto antes”.

En su declaración, el portavoz vaticano ha dejado claro que esperan que le sea garantizada la posibilidad de “ejercer serenamente su ministerio episcopal”.

Forman la diócesis de Wenzhou unos 130.000 fieles de la iglesia nacional y la no oficial —con unos 80.000 seguidores—. Hasta su fallecimiento, el obispo titular había sido reconocido por la iglesia oficial china y el obispo coadjutor era una referencia para los cristianos fieles a Roma.