Niños, trabajadores y enfermos, entre los favoritos de la nueva Venerable mexicana

  • Exhortan las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción a pedir a Dios un milagro, por intercesión de la madre Humilde Patlán, para que ésta sea beatificada

Niños, trabajadores y enfermos, entre los favoritos de la nueva Venerable mexicana

El pasado 16 de junio el papa Francisco reconoció las virtudes heroicas de seis personas en proceso de beatificación, incluyendo a la mexicana Humilde Patlán Sánchez (1895-1970), quien fuera Superiora General de la Congregación de las Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción durante la época de la Persecución Religiosa en México.

Aprobadas las virtudes heroicas de la madre Patlán, ahora es venerable, y con un milagro obtenido por su intercesión se abriría el camino a la beatificación y posteriormente a la canonización.

Vida Nueva Digital México platicó con hermana Lucía Isabel Morales Escobar, Postuladora de la Causa de la Venerable mexicana, quien reveló que a la madre Humilde ya se le atribuyen muchos favores, pero para la beatificación se requiere de un hecho que sea considerado inexplicable por la ciencia.

Lo curioso –explica– es que la mayoría de los favores que se le atribuyen son en beneficio de personas por las que ella siempre tuvo una cariño muy especial: “con los niños, por ejemplo, pues en Veracruz, donde vivió sus últimos años, cuando salía a la calle y encontraba a algún pequeño vendiendo, solía comprarles, y a nosotras nos recordaba: “De lo que venden, viven; hay que ayudarlos”.

También señaló que si bien la madre Humilde solamente estudió hasta sexto de primaria, Dios la dotó del don de ciencia, por lo que no sólo ayudaba a las religiosas a preparar sus clases, especialmente de matemáticas, sino que ella misma impartía clases de inglés. Incluso, en san Miguel Canoa, Puebla, abrió una escuela nocturna para personas adultas, a fin de enseñarles a leer y a escribir.

“Siempre tuvo también un gran cariño por los trabajadores. De hecho, dentro de los testigos que han declarado en su proceso, se encuentran varios que la trataron de cerca; todos ellos recuerdan haber recibido favores de ella en el momento más oportuno. Quizás por esta razón ahora muchos fieles aseguran que la madre Humilde ha intercedido por ellos desde el cielo para encontrar trabajo” añadió.

La hermana Lucía Isabel Morales explicó que la madre Humilde siempre estuvo pendiente de las necesidades de los demás, por lo que “ahora que está gozando de la plenitud del Reino que nos prometió Cristo Jesús, es cuando más puede interceder por todas nuestras necesidades”.

Por lo pronto, la Congregación de Hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción seguirá trabajando para difundir la vida de santidad de la madre Humilde, pero también en buscar el milagro que falta para que sea beatificada.

“Invoquémosla con mucha fe y esperanza ante nuestras necesidades, pidamos mucho por nuestros enfermos, para que Dios se manifieste dándonos el milagro por su intercesión, y México siga dando santos a la Iglesia y para la Iglesia”, dijo.

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El carisma

El carisma que fray José del Refugio Morales Córdova legó a la congregación a la que pertenecía la madre Patlán, es “ser en la Iglesia y para la Iglesia miembros constructivos mediante la entrega total a Cristo pobre y humilde, para restaurar la viña del Señor en la oración, sacrificio y acción apostólica”.

La ahora Venerable hizo honor a este carisma hasta su último día aquí en la tierra, pues además de vivir de forma heroica los consejos evangélicos de pobreza, obediencia y castidad, se distinguió por vivir la caridad con toda persona que se cruzaba en su camino.

Para la Postuladora de la Causa de Canonización, la madre Humilde tenía la “hermosa virtud” de aconsejar y exhortar a sus hermanas para ayudarlas a vivir en paz con ellas mismas y con el prójimo. “Practicó la justicia velando especialmente para que a los trabajadores se les pagara lo correcto y sin contratiempos”, señaló.

Añade: “Fue además una mujer de gran fortaleza y disponibilidad alegre para sufrir todas las penalidades que vivió, exponiendo su vida particularmente en la época de la Persecución Religiosa en México.

“Todo este camino de santidad que recorrió la madre Humilde –explica la hermana Lucía Isabel Morales– fue acompañado por la oración, pues la respuesta a todos sus problemas la encontró en el Sagrario; su fortaleza la encontró en el Corazón amantísimo de Jesús, y su pobreza de espíritu la alcanzó en su súplica confiada y en paz en el pobrecillo de Asís”.

La congregación en números

A nivel mundial, las hermanas Franciscanas de la Inmaculada Concepción está conformada por cinco provincias: la Provincia de El Divino Salvador: centro y occidente de El Salvador, Guatemala, Honduras, con una fraternidad en África; la Provincia de Santa Clara de Asís: Hermosillo, Tijuana, Los Ángeles, California; la Provincia de Cristo Rey: centro, norte de México, con una fraternidad en África; la Provincia de Nuestra Señora de Guadalupe: centro y sur de México, con una fraternidad en África; y la Provincia de Nuestra Señora de la Paz: centro y oriente de El Salvador, Nicaragua, Costa Rica, Perú, Chile, Argentina, también con una fraternidad en África.

En nuestro país, tienen presencia en la Ciudad de México, Estado de México, Michoacán, Guanajuato, Zacatecas, Durango, Chihuahua, Sinaloa, Tamaulipas, San Luis Potosí, Jalisco, Chiapas, Guerrero, Puebla, Veracruz.

Actualmente la congregación cuenta con 959 religiosas: 404 en México, 83 en Estados Unidos, 458 en Centro América, Perú, Chile y Argentina, y 14 en África.

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