El 11 de noviembre será un día grande para la familia vicenciana. El cardenal Angelo Amato, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, presidirá la beatificación de 60 nuevos mártires “testigos y profetas de fe y caridad”. El acto congregará en Madrid a 10.000 personas. Por eso, como cualquier espacio religioso se queda pequeño, la celebración tendrá lugar en el Palacio de Vistalegre.
“Todos ellos dieron la vida por Cristo”, ha puntualizado el cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, esta mañana, 27 de junio, durante el acto de presentación del evento, horas antes de partir hacia Roma para asistir al consistorio en el que su homónimo en Barcelona, Juan José Omella, será creado cardenal.
El purpurado ha puesto de ejemplo a los 60 mártires como testimonios capaces de transformar este mundo, porque “Cristo nos ha dado el arma más poderosa con la que cambiar el mundo: el amor”, ha señalado. Y es que “las demás armas no pertenecen a los cristianos y no son capaces de transformar el mundo desde la raíz”, ha añadido. Osoro ha agradecido la multitudinaria presencia de medios de comunicación para contar al mundo esta noticia, ya que “son muchas las noticias importantes, pero no todas sirven para transformar a la sociedad”.
Jesús María González Antón, visitador de la Provincia España de la congregación, ha puesto de manifiesto que este acontecimiento va a servir para “agradecer y festejar este don que es el martirio de hombres y mujeres”. El 11 de noviembre será una de las citas más importantes para la familia vicenciana en este 400 aniversario. Pero días antes, del 12 al 15 de octubre, también tienen un simposio organizado en Roma al que asistirá el papa Francisco.
La agenda no para y González Antón estará esta semana con el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, quien les recibirá para felicitarles por los cuatro siglos de vida, y será un momento que la congregación aprovechará para renovar ante las instituciones europeas su compromiso con los sin techo.
Los 60 mártires son 40 misioneros de la Congregación de la Misión (24 sacerdotes y 16 hermanos coadjutores), 5 sacerdotes diocesanos de Murcia (asesores de distintas asociaciones laicales de la familia), 2 Hijas de la Caridad, 7 laicos Hijos de María y 6 Caballeros de la Medalla Milagrosa.
Aunque asesinados entre 1936 y 1937, sor Josefina Salvo, Hija de la Caridad y vicepostuladora de la causa, ha querido dejar claro que “no son víctimas de la guerra, porque la persecución religiosa comenzó antes de la Guerra Civil”. Durante la rueda de prensa, la hermana quiso poner en valor los testimonios de los mártires mientras fueron encarcelados. “No nos tengáis lastima, tenednos envidia, porque estamos presos pero sintiendo gozo”, escribió uno de ellos. “No estés triste porque a mí me ha elegido Dios”, puso negro sobre blanco un laico en una carta dirigida a su esposa.
Por su parte, Jaime, nieto del futuro beato José Garvi Calvente, ha dado gracias por haberle permitido participar en el proceso. “En mi casa no se ha hablado demasiado sobre el tema porque mis padres no han querido que viviéramos con odio, con rencor, por quienes mataron a nuestro abuelo”, ha explicado. Así, sus padres siempre le dieron el mismo consejo: “Reza por los perseguidores”.
La intervención del familiar del mártir fue aplaudida por el cardenal, porque “es esencial educar en el perdón, y, por desgracia, no lo estamos haciendo costumbre”. Y se preguntó: “¿Perdonar un hecho así es hacer el tonto?”. “Para algunos sí, pero para un cristiano nunca puede serlo”, subrayó. Y sentenció: “No nos empeñemos en remover la porquería, porque eso no da vida”.