Hoy 28 de junio el Papa ha tenido en la plaza de San Pedro su tradicional audiencia general de los miércoles, la última antes de la pausa estival del mes de julio. Siguiendo el ciclo de catequesis dedicadas a la esperanza, ha reflexionado sobre “la fuerza de los mártires”, como continuación de la catequesis dedicada al testimonio de los santos.
Francisco ha recordado que, en el evangelio, Jesús advierte “a sus discípulos que serán odiados por seguirle”, por ello “los cristianos son hombres y mujeres ‘contracorriente’, que siguen la lógica del Evangelio, que es la lógica de la esperanza”.
Esta “lógica del Evangelio”, para el Papa, “se traduce en un estilo de vida concreto: deben vivir la pobreza, recorriendo su camino con lo esencial, y con el corazón lleno de amor; deben ser prudentes y a la vez astutos; pero jamás violentos. El mal no se puede combatir con el mal”.
Para Bergoglio, “la única fuerza del cristiano es el Evangelio”. En este sentido, el Pontífice ha propuesto el testimonio de los mártires como quienes han vivido la convicción de que Jesús está presente en sus vidas. Así, “desde los primeros cristianos, se ha denominado la fidelidad a Jesús con la palabra ‘martirio’, es decir, testimonio”, ha explicado.
Según Francisco, “los mártires no viven para sí, no combaten para afirmar sus propias ideas, sino que aceptan morir solo por la fidelidad al Evangelio. Por eso, no se puede utilizar la palabra mártir para referirse a los que cometen atentados suicidas, porque en su conducta no se halla esa manifestación de amor a Dios y al prójimo que es propia del testigo de Cristo”, ha denunciado el Papa.
Por otra parte, Francisco ha felicitado el cumpleaños al miembro musulmán de un grupo de trabajo argentino sobre la aplicación de la encíclica Laudato si’. También se ha referido a la solemnidad de san Pedro y san Pablo, mañana jueves 29 de junio, a los que el Papa ha invocado pidiendo “el don de la fortaleza para seguirle y ser sus testigos viviendo la esperanza cristiana, sobre todo en ese martirio continuo y escondido de hacer bien y con amor nuestras obligaciones de cada día”.
La próxima catequesis de los miércoles será el 2 de agosto.
A primera hora de la mañana, antes de la audiencia en la Plaza, el papa Francisco recibió a los delegados de la principal confederación italiana de sindicatos, la CISL, que están celebrando en Roma su XVIII congreso nacional en estos días.
El Papa les ha felicitado por el tema elegido, ‘Por la persona, por el trabajo’, “dos palabras que pueden y deben estar juntas”, ha afirmado, ya que “el trabajo es la forma más común de cooperación que la humanidad ha generado a lo largo de su historia, cada día millones de personas cooperan sencillamente trabajando”.
Bergoglio ha definido el trabajo “como una forma de amor civil, no es un amor romántico porque es siempre intencional, pero es un amor verdadero, auténtico, que hace vivir y lleva adelante al mundo”. No obstante, también ha recordado que el trabajo no lo es todo en la vida, así como las problemáticas de quienes no tiene trabajo o el trabajo infantil, las “pensiones doradas”, los problemas de acceso de los jóvenes…
Por ello, el Papa ha reclamado urgentemente un “nuevo pacto social por el trabajo” del que es “el primer patrimonio de una sociedad”. En este sentido, ha resaltado dos retos: la “profecía” que está en la “naturaleza propia de los sindicatos” y la “innovación social” de quien protege no solo a los afiliados, sino a “quien no tiene aún sus derechos, los excluidos del trabajo que son también excluidos de los derechos y de la democracia”.
Finalmente, el Pontífice les ha agradecido por su compromiso, más aún cuando “el capitalismo de nuestro tiempo no comprende el valor de los sindicatos, porque ha olvidado la naturaleza social de la economía, de la empresa, de la vida, de las relaciones y de los pactos”, ha denunciado.