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Francisco: “La emigración es el drama de la división de América Latina”





Pocas lecciones puede recibir Jorge Mario Bergoglio sobre la realidad social y geopolítica de América Latina. No solo tiene al continente trabajado en primera persona, sino que su sistema de antenas hace que no pierda onda ante las urgencias de cada uno de los países que lo conforman así como del conjunto de la región.

Así lo ha vuelto a demostrar en la audiencia de esta mañana a la Organización Internacional Italo-Latino Americana cuando esta fundación cumple 50 años desde que fuera fundada en Roma, como entidad intergubernamental para promover el desarrollo.

Francisco destacó cómo los países de la región  “son ricos en historia, cultura, recursos naturales; además sus gentes son ‘buenas’ y solidarias con los demás pueblos. Esto se ha comprobado ante las recientes catástrofes naturales, cómo se han ayudado unos a otros, siendo un ejemplo para toda la comunidad internacional”. El Papa apreció “todos estos valores”. Sin embargo, advirtió de cómo “la actual crisis económica y social ha golpeado a la población y ha hecho que crezca la pobreza, la desocupación, la desigualdad social, como también que se explote y se abuse nuestra casa común. Y ésto a un nivel que no hubiéramos imaginado 10 años atrás”.

Tras presentar el contexto, reclamó “un análisis que tenga en cuenta la realidad de las personas concretas, la realidad de nuestro pueblo”, que permita reconocer tanto las riquezas como las necesidades de cada pueblo. Así, urgió a los líderes de América Latina a “coordinar esfuerzos para dar respuestas concretas y hacer frente a los ruegos y necesidades de los hijos e hijas de nuestros países”.

Así, les pidió poner el foco especialmente  en el fenómeno de la emigración: “Gran parte de sus causas se podían haber ya afrontado desde hace tiempo, pero nunca es tarde”. Al reflexionar sobre la presión migratoria, denunció que muchas personas sufren la violación de sus derechos; muchos niños y jóvenes son víctimas de la trata y son explotados, o caen en las redes de la criminalidad y la violencia organizada”.

De hecho, Francisco no duda en bautizar la migración como “un drama de división”  entre familias, padres e hijos, gobiernos, relaciones entre países. El Papa exigió una vez más una política conjunta de cooperación: “No se trata de buscar culpables y de eludir la responsabilidad, sino que todos estamos llamados a trabajar de manera coordinada y conjunta”.

En paralelo a esta petición, reclamó la importancia de promover “una sociedad más justa, promoviendo una cultura de la legalidad”, así como un diálogo entre países hermanos y con Europa. “El diálogo es esencial; pero no el ‘diálogo de sordos’. Se pide una actitud receptora que acoja sugerencias y comparta inquietudes. Capacidad de escucha”, reivindicó.

La muerte del pequeño Charlie y la bioética

La lucha de los últimos diez meses acaba hoy. Su duelo se endurece hoy. Chris Gard y Connie Yates son los padres de Charlie. Charlie nació con una enfermedad rara que se manifestó a los dos meses de vida:  el síndrome de agotamiento mitocondrial, una dolencia genética que sólo padecen 16 niños en todo el mundo.

Al conocer el diagnóstico, Chris y Connie decidieron volcarse para que recibiera un tratamiento experimental en Estados Unidos. Sin embargo, tras recaudar un millón y medio de euros, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos de Estrasburgo se lo ha impedido al considerar que Charlie está siendo expuesto a “un dolor y un sufrimiento continuo”y que un tratamiento de este tipo no tendría “perspectivas de éxito”.

Hoy Chris y Connie se despiden de Charlie. Un adiós que no ha sido nada fácil, en tanto que los médicos del hospital donde lo han tratado durante este tiempo, les han negado que pase sus últimas horas en casa.

El presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Vincenzo Paglia, se ha unido  en oración a la familia y se suma a los obispos de Inglaterra y Gales, que han emitido un comunicado en el que reconocen la complejidad del caso desde el punto de vista bioético y “el dolor insoportable de los padres”.

Los Museos Vaticanos descubren dos pinturas de Rafael

Atrapados por una actualidad vaticana que esta semana se mueve entre consistorios y la comparecencia del cardenal Pell, puede pasar desapercibido un descubrimiento artístico de relevancia. La restauración de la Sala de Constantino en los Museos Vaticanos ha permitido a quienes trabajan en la obra descubrir que las pinturas sobre las figuras femeninas alegóricas de la amistad y la justicia son obra del genial Rafael.

Se trata de una estancia que se creó para recepciones y ceremonias oficiales. Hasta ahora se daba por hecho que había sido decorada por la escuela de Rafael, basándose en dibujos del maestro, pero no se le adjudicaban a él, en tanto que murió de forma prematura antes de terminar los trabajos.

 

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