El arzobispo jesuita español Luis Francisco Ladaria Ferrer, hasta ahora secretario de Doctrina de la Fe, es el nuevo prefecto de la congregación en sustitución del cardenal Gerhard Ludwig Müller, que ha desempeñado el cargo durante el último lustro tras su nombramiento por Benedicto XVI.
Müller, cuyo cargo de cinco años expiraba mañana, no ha sido finalmente renovado por Francisco, que parece apostar así por un hombre más cercano a él.
Ladaria nació en 1944 en Manacor (Palma de Mallorca) e ingresó en la Compañía de Jesús con solo 22 años, siendo ordenado sacerdote en 1973. Tras completar sus estudios de Filosofía en Comillas y los de Teología en la alemana Universidad de Sankt Georgen, en Frankfurt, se doctoró en la Gregoriana de Roma.
Un referente desde Roma
Tras volver a la Universidad Pontifica Comillas como profesor de Antropología Teológica, entre 1975 y 1984, ese año regresó a Roma como docente en la Gregoriana. En la Santa Sede ha confirmado su gran prestigio como uno de los puntales teológicos del presente, como miembro de la Comisión Teológica Internacional, desde 1992, nombrado por Juan Pablo II, y como consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, en 1995, también por designación de Wojtyla.
Tras su elección en 2004 como secretario de la Comisión Teológica Internacional, en 2008 Benedicto XVI también apostó por él y en 2008 lo nombró ‘número 2’ de Doctrina de la Fe, recibiendo muy poco después la ordenación arzobispal.
Apuesta por la Iglesia española
Con la apuesta por Ladaria para dirigir uno de los dicasterios clave en la Iglesia, Bergoglio parece confirmar que tiene en la Iglesia española uno de sus referentes a la hora de promover un nuevo modo eclesial de hacerse presente en la sociedad, más encarnado, inclusivo y acompañante del hombre en sus problemas del día a día, no solo trascendentes.
Aunque, para ello, el Pontífice argentino no ha sido un mero espectador, sino que ha marcado con sus nombramientos el nuevo carácter que quiere imprimir a nuestra realidad eclesial. Carlos Osoro, en Madrid, y Juan José Omella, en Barcelona, parecen ser sus grandes bastones. Y puede que no solo para España…
Ricardo Blázquez, quien ha sido reelegido este mismo año como presidente de la Conferencia Episcopal Española, tras contar días antes con el significativo respaldo papal en una audiencia en Roma, también se sitúa como un referente en este renovado caminar.