Repercusiones de la Semana Social 2017, en donde dirigentes sindicales y sociales, referentes políticos, gobernantes y empresario, y miembros de la Iglesia tendieron lazos de amistad social.
Estas frases-conceptos son solo algunos de los que se escucharon en el marco de la Semana Social 2017 que organizó en la ciudad de Mar del Plata el obispado local junto con la Comisión Episcopal de Pastoral Social de la Conferencia Episcopal Argentina de 23 al 25 de Junio en el Hotel lucifuercista 13 de Julio. Lucen como emergentes de la pluralidad de voces, la intensidad de los compromisos ante las realidades concretas e interpelantes. Un tiempo especial tuvieron los jóvenes del Programa Nuevos Dirigentes (lleva 10 años de implementación) que durante la mañana del primer día también se reunieron en torno al tema: “El cuidado de la casa común. Es más lo que nos une que lo que nos separa”.
De la imperiosa insistencia del papa Francisco de cuidar nuestra gran casa, surge un nuevo rol que debemos asumir como habitantes de este planeta: “cuidadores”, además de aquellos “discípulos-misioneros” que nos pidió Aparecida desde 2007.
Resaltando la responsabilidad que tenemos como humanidad se expresaron, entre otros, Silvia G. de Marco, directora de los grupos de Investigación Humedales y Ambientes Costeros de la Universidad Nacional de Mar del Plata: “Hay que pensar globalmente y actual localmente” y Gastón Caminata de Big Human Wave: “El agua, para muchos, solo sale de la canilla y punto”.
La Semana Social 2017 reunió desde ministros de Poder Ejecutivo (Carolina Stanley y Jorge Triaca) hasta microemprendedores (Gabriel Marcolongo y su incluyeme.com, por ejemplo) pasando por personas comunes que fueron tocadas por la tragedia y pudieron “reciclar” el odio en amistad social, tal el caso de Franklin Rawson, papá de Ángeles que fue víctima de femicidio el 10 de junio de 2013.
Presencias muy interesantes por su especificidad en temas como Alzheimer y tercera edad, transformación del dolor en lucha por la justicia, derecho al trabajo, trata de personas, inclusión de personas discapacitadas en el mundo laboral, seguridad, juegos de azar, tratamiento de residuos, agroquímicos, agua, minería y megaminería se destacaron en esta edición de la Semana Social.
El silencio más profundo e interpelante se produjo cuando el dirigente máximo de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular y asesor del Consejo de Justicia y la Paz del Vaticano, Juan Grabois, denunció: “Estoy un poco triste. Hace un rato enterramos a Daniel y Alexis y un tío de uno de ellos, que se llama también Daniel. Se calefaccionan con madera y querosén en sus casillas. Estas muertes fueron por falta de suministro eléctrico. Y no se enteró nadie. (…) En 10 días se murieron 9 chicos de la villa y nadie se enteró. ¿Qué hubiera pasado si estos chicos vivían en Recoleta? (…) Nos llama la atención la debilidad de las reacciones [de los argentinos] frente a este recrudecimiento y profundización de la cultura del descarte. (…) Nosotros no estamos haciendo lo que nos está pidiendo el Papa. Estamos yendo para otro lado: Hoy vivimos otra cosa muy distinta a la cultura del encuentro. Vivimos en un modelo de exclusión. (…) Jorge Lozano, Carlos Acaputo, Oscar Ojea nos ayudaron mucho pero sigue siendo poco”. Contundente.
Hubo unas horas en las que la amistad social y el cuidado de la casa común se encarnaron en tiempo real. En la tarde del 23 de junio se acercó hasta el Hotel 13 de Julio un grupo de familiares de fallecidos y desaparecidos en el naufragio del barco pesquero “Repunte”, doloroso hecho acontecido el 17 de junio de este año cuando emprendía el regreso al puerto de Mar del Plata, al sureste de la ciudad de Rawson. Estas familias querían reunirse con los ministros de Desarrollo Social, Carolina Stanley, y de Trabajo, Jorge Triaca. En un primer momento fueron recibidos los obispos Jorge Lozano y Antonio Marino, (quien el día anterior había celebrado una misa en memoria de los fallecidos y desaparecidos) y Fernando Mumare, delegado de la Pastoral Social marplatense quienes escucharon y convinieron el encuentro posterior.
Esa reunión fue de respetuosa escucha mutua, mucho desgarro y acciones concretas. los miembros del ejecutivo se comunicaron con el ministro de Justicia, Germán Garavano para impulsar lo relativo a su área y se comprometieron a brindarles todo el apoyo necesario en su causa.
Los familiares les pidieron que no se detenga la búsqueda de los marineros desaparecidos en el mar, que se les dé asistencia social a las familias que quedaron desamparadas, se garantice la seguridad en los puestos de trabajo, se aumenten los controles acerca del estado de las embarcaciones y que se acabe la impunidad ante los “arreglos” fuera de marco de la ley.
Esto es un fruto tangible del respeto por la ecología social, como muchos llaman a esta invitación desesperada que hace Francisco desde Laudato si’.
Dijo Casaretto en la misa final de la Semana Social 2017: “si no tuviéramos fe [podríamos ver esta Semana Social] como una gran obra humana. La cantidad de obras que se han manifestado… el trabajo de tanta gente. Pero somos cristianos y tenemos fe. Y por eso tenemos que decir: esto es ante todo obra de la gracia.
Todo lo que se ha puesto de manifiesto en esta Semana Social tiene un primer actor que es el Espíritu Santo que está actuando en nuestros corazones. Y nosotros somos dóciles al Espíritu y por eso nace en nosotros la humildad”. Quizás de esto se trate el contenido subyacente, intersectivo de la Semana Social: Somos habitantes de esta única tierra, que no tiene recambio. Cuidémosla. Hagámosla un verdadero hogar en donde todas las personas puedan vivir con dignidad. Dignidad que la concede el trabajo digno, puerta de todas las dignidades que nos hacen familia humana.