Tras su primera reunión en Brasilia, el 27 y 28 de junio, los 17 integrantes de la nueva Comisión Episcopal Pastoral Especial para Enfrentar el Tráfico Humano (CEPEETF), creada por disposición del Consejo Permanente de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), han reflexionado en torno a sus atribuciones y han definido su plan de acción para los próximos dos años.
Fruto de este primer encuentro, la CEPEETF se ha propuesto ser una presencia viva y profética de la Iglesia para enfrentar el flagelo del tráfico humano, “como violación de la dignidad y de la libertad humana, defendiendo la vida de los hijos e hijas de Dios”.
Así lo ha referido la CNBB a través de su web, detallando que “también fueron definidos los cuatro ejes de trabajo de la Comisión: comunicación/articulación, formación, incidencia y sustentabilidad de las acciones”.
En torno a las acciones específicas que serán realizadas durante el próximo bienio, el obispo de Balsas y presidente de la CEPEETH, Enemésio Angelo Lazzaris, ha manifestado que “nuestras Iglesias y nosotros como cristianos tenemos que tener presente que lo que hacemos a favor de las personas en situación de tráfico, vulnerabilidad y aquellos que necesitan de nuestra ayuda, no lo hacemos por filantropía, ni por un simple sentimiento humano de ir al encuentro de las necesidades de alguien, sino que lo hacemos, sobre todo, porque vemos el rostro de Jesucristo en estas situaciones”.
En este mismo sentido, el obispo ha subrayado la necesidad de incidir en la transformación de la realidad del tráfico de personas para contrarrestar el drama de la explotación sexual, el tráfico de órganos y el trabajo esclavo. “Es preciso, como quiere el papa Francisco, que la gente no se limite a quedarse solo en los templos, en la sacristía, sino que seamos una Iglesia en salida, en las plazas, una presencia en el mundo y una incidencia para que el ser humano sea respetado en su dignidad de persona, de cristiano y de hijo de Dios”.
Concretamente, la CEPEETH encausará sus esfuerzos en torno a la prevención, el enfrentamiento y la visibilización del tráfico de personas, toda vez que, como ha dicho su presidente, “no basta con enfrentar las situaciones que ya existen, es necesario actuar en la prevención”. Además, “hay muchos crímenes cometidos a los cuales no se le da la debida importancia ni se tienen en cuenta. Por eso, es preciso que nosotros como pastorales, la CNBB, la sociedad y el gobierno nos organicemos mejor para que este crimen no continúe aconteciendo de una manera invisible y espantosa”.
Cuatro obispos, tres religiosas, un religioso y nueve laicas y laicos hacen parte de la Comisión que asume la trayectoria del Grupo de Trabajo que, sobre este mismo asunto, venía trabajando desde 2012, en articulación con otras iniciativas gubernamentales y eclesiales, como es el caso de la red Un Grito por la Vida de la Conferencia de Religiosos de Brasil.
Junto con Lazzaris, otros tres obispos integran la CEPEETH: Adilson Pedro Busin, Evaristo Pascoal Spengler y José Luiz Ferreira Salles. También forman parte de la comisión Elizete Sant’Anna de Oliveira, Francisco Alan Santos Lima, Tiago Rodrigues Ervanovite, Márcia Maria de Souza Miranda, Maria Cristina dos Anjos da Conceição, Maria Rosely Rodrigues Pinheiro Cândido, Marie Henriqueta Cavalcante, Rogenir Almeida Santos Costas, y las religiosas Eurides Alves de Oliveira y Rosite Milesi. El asesor de la comisión es fray Olavio Dotto, y la Hna. Cladina Scapini es la secretaría.