El nuncio apostólico en Panamá, monseñor Andrés Carrascosa Coso, quien a partir del próximo 18 de julio se convertirá en representante diplomático de la Santa Sede en Ecuador, aseguró que la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) ha cambiado de manera positiva la imagen del país centroamericano en el extranjero.
En entrevista para La Estrella de Panamá, uno de los diarios más importantes de ese país, Carrascosa recordó que antes de la designación de Panamá como sede de la JMJ en el 2019, al país se le relacionaba principalmente con las denuncias sobre el sector financiero, lo cual ha cambiado.
“Yo llegaba a Europa y hablaba de Panamá, y me decían ‘ah, los Panamá Papers, usted tendrá alguna sociedad’… ahora llega uno a Europa y la gente dice: ‘ah, Panamá, la Jornada Mundial de la Juventud, nos estamos organizando’. La manera de ver a Panamá en el mundo entero ha cambiado absolutamente. Durante tres años se hablará de Panamá de manera positiva”, señaló.
Reveló que fue él, junto con el arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa, y el de Chiriquí, monseñor José Luis Lacunza, quienes en el 2013 presentaron al Papa, en Río de Janeiro, la candidatura de Panamá para ser sede de la JMJ.
“Yo he hecho mi parte, hasta que se consiguió, y me sentí muy honrado de que el Papa accediera. Porque este país todavía no es consciente del regalo que Dios no ha hecho a través del Papa”, dijo.
Sobre la organización de la JMJ, Carrascosa dejó en claro que ésta corresponde al Comité Organizador local que depende de la Arquidiócesis de Panamá: “la Nunciatura tiene que ver sobre todo con la parte de la visita del Papa porque, al Papa lo tendremos aquí cinco días”. También señaló que al Gobierno no le corresponde la organización, pero es fundamental contar con su apoyo.
Se refirió además a la promoción turística a nivel mundial que tendrá Panamá con la JMJ, por lo que –dijo– cualquier inversión que se haga se verá superada con creces, pues visitarán el país decenas de miles de jóvenes. Puso como ejemplo la experiencia de Madrid (España), sede de la JMJ-2011, donde se invirtieron 57 millones de euros, los cuales generaron ganancias de más de 357 millones de euros.
En este sentido, Carrascosa llamó a los panameños a conseguir que los jóvenes que irán a la JMJ vuelvan a sus países con la mejor experiencia, a fin de que quieran regresar. “Las calles estarán inundadas de jóvenes y necesitarán que los ayuden, ese es el voluntariado espontáneo que funciona”, aseguró.
Un país con muchas potencialidades
El Nuncio Apostólico se refirió también a los casi nueve años que se desempeñó como tal en el país centroamericano: “Yo decía, bromeando: ‘como siga más tiempo aquí me van a confundir con el Canal de Panamá’”.
“He estado muy a gusto, han sido años muy intensos. He tratado de involucrarme mucho con la vida del país y de la Iglesia; he visitado muchos lugares del interior del país y distintas parroquias y comunidades. Ha sido un tiempo muy interesante, y me queda en el corazón un pueblo noble, por el cual me he sentido muy querido, por lo cual doy gracias a Dios”, señaló.
Finalmente, reconoció que ha visto en Panamá muchísimas potencialidades, que a veces los mismos panameños no las saben valorar: “Por ejemplo, en la República del Congo, las tres guerras civiles nacieron en procesos electorales, porque ahí eso estaba muy mal hecho; yo llegué aquí y ustedes tienen un tribunal electoral que es la envidía del planeta, pero a ustedes les parece que esto es parte del paisaje”.
Señaló que cuando escucha a los panameños decir que “esto es el desastre de los desastres”, se pregunta: ‘¿y esta gente dónde vive’: “Por eso, a veces pienso que el mayor enemigo de los panameños son los panameños, porque no saben lo que tienen”, concluyó.