América

CEB: “No es verdad que en Bolivia se haya aprobado las uniones de personas del mismo sexo”

  • Los obispos bolivianos se posicionan frente al matrimonio de personas transexuales y transgénero
  • El Tribunal Supremo Electoral ha admitido que las personas que han cambiado su sexo puedan casarse





La Secretaría General de la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) se ha pronunciado ante la decisión del Tribunal Supremo Electoral –el pasado 27 de junio– que da lugar al registro civil de matrimonios de personas transexuales y transgénero.

“En primer lugar clarificamos que no es verdad que en Bolivia se haya aprobado el matrimonio o las uniones de personas del mismo sexo, como se ha escuchado en los medios de comunicación en estos días”, ha dicho monseñor Aurelio Pesoa, secretario general de la CEB, al expresar públicamente que “en Bolivia, de acuerdo a la Constitución Política del Estado, el matrimonio sigue celebrándose entre un varón y una mujer”.

Si bien es cierto que la Ley de Identidad de Género “permite el cambio de identidades de las personas que han cambiado su imagen, para pasar a reconocerse del sexo opuesto”, la CEB señala que, por una parte, se encuentra pendiente la resolución de un pedido de inconstitucionalidad formulado el año pasado y, por otra, el Tribunal Supremo Electoral ha “sobrepasado sus competencias” al ignorar al Tribunal Constitucional Plurinacional, lo mismo que a la Asamblea Legislativa Plurinacional.

Ausencia de debate

En el comunicado, dado a conocer ante la opinión pública en La Paz, el 4 de julio, la Iglesia católica lamenta “que se haya tomado esta decisión sin tener en cuenta las culturas originarias de nuestro pueblo, así como su profunda identidad cristiana y sin mediar ningún debate de ideas, simplemente a partir de una circular de un tribunal que interpreta que el cambio de género surte efectos también para el matrimonio”.

Al respecto, el Episcopado boliviano ha presentado un aporte al Tribunal Constitucional, solicitando “que se reserve el concepto de matrimonio solamente para las uniones biológicas entre varón y mujer, y que se le dé a este matrimonio una protección particular”, argumentando que en la Constitución Política “se refiere a la realidad biológica subyacente a la masculinidad y a la feminidad” cuando define el matrimonio como la unión de un varón y de una mujer, mientras que la Ley de Identidad de Género “reduce los derechos constitucionales a una perspectiva meramente psicológica”.

De igual forma, se aclara que “la Constitución no se basa en religión alguna, sino en argumentos racionales”, con lo cual se confirma que el matrimonio heterosexual está respaldado constitucionalmente “basándose en los efectos que produce para el bien común y para la educación de los hijos”.

“La posición cristiana no es discriminatoria”

Tanto la Iglesia católica como las Iglesias evangélicas subrayan que “la posición cristiana no es discriminatoria, sino que está basada en el derecho constitucional boliviano y en sólidas razones de derecho”.

Al manifestar el respeto por las personas “independientemente de sus orientaciones sexuales”, el comunicado de la CEB concluye reafirmando la posición de la Iglesia católica: “Optamos decididamente por la unión heterosexual, como la base biológica de la familia y de la sociedad”.

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