Se cumplieron 16 años del fallecimiento del primer obispo de Quilmes (Buenos Aires), una persona que vivió su ministerio por los pobres y los derechos humanos.
El pasado sábado 8 de julio la comunidad diocesana de Quilmes (Buenos Aires) recordó el legado y el testimonio de su primer obispo, Jorge Novak, en la víspera del 16º aniversario de su fallecimiento. Fue en la Catedral local en donde el obispo Carlos José Tissera presidió la celebración acompañado por el emérito Luis Teodorico Stöckler y un numeroso grupo de sacerdotes y diáconos.
Padre Obispo Jorge Novak, servidor de Dios y de su pueblo fue el lema que convocó a esta celebración a cientos de fieles que desde temprano comenzaron a colmar el templo. La mayoría, antes de acomodarse en sus lugares para la celebración, paseo por los laterales de la catedral para ver la muestra anual de arte en homenaje a Novak realizada por la profesora Cristina Valenzuela, la cual se inauguró formalmente luego de la Eucaristía.
Para las ofrendas, los movimientos comunitarios de las capillas y los barrios de la diócesis acercaron sus intenciones en unos carteles que depositaron a los pies del altar. De esta manera, los preferidos de Novak tuvieron un espacio central no solo en la celebración, sino en el altar.
Entre los fieles que participaron estaba el intendente de Quilmes, Martiniano Molina, con parte de su gabinete; el ex embajador argentino ante la Santa Sede, Carlos Cúster, los hermanos y sobrinos de Novak; y el pastor evangélico Arturo Baltesky.
Al terminar la misa muchísima gente se acercó a la capilla interna de la entrada de la Catedral en donde descansan los restos de Novak y de su coadjutor, Gerardo Farrell, para orar y rendir homenaje.
Una nota aparte merece la homilía del obispo Tissera. “A poco de andar visitando las parroquias y capillas de los tres partidos de la Diócesis, enseguida [Novak] vio la necesidad de servidores en las comunidades. Pocos eran los sacerdotes, también los seminaristas. (….)”, dijo. Más adelante rescató: “Al modo de Jesús, fue haciéndose uno con el Padre Dios, buscando hacer su voluntad, y así hacerse uno con su pueblo, cargando el mismo yugo de Jesús, aprendiendo de él”.
Más adelante, Tissera marcó una preocupación de estos días –que tiempo atrás también era una preocupación que desvelaba al obispo Jorge Novak–: “quien les habla, responsable pastoral de esta diócesis querida, compuesta por estos populosos tres partidos de Quilmes, Florencio Varela y Berazategui, puedo decir que preocupa la situación en nuestra sociedad, en nuestros barrios. Ha aumentado la pobreza y el desempleo. La desocupación crece, el trabajo informal y la changa van siendo cada vez más escasas. Los comedores reciben a más chicos y adultos en este último tiempo. Yo he estado compartiendo con ellos en algunos barrios. En algunas zonas de la diócesis es más grave. Surgen nuevas copas de leche y hay nuevos comedores comunitarios. Los ofrecimientos desde el área estatal no alcanzan y algunos planes demoran”.
“No desconozco los esfuerzos que los gobiernos hacen para enfrentar los problemas sociales y económicos, cada uno en su nivel. Se han logrado cosas, pero duele ver que las consecuencias de algunas medidas las sufren los que nada tienen, o los que esforzadamente intentan llegar a fin de mes con magros sueldos o jornales, que siempre son ganados por la inflación. Más duele cuando los que sufren son los niños y los ancianos”, sentenció.
De esta manera, el actual obispo de Quilmes muestra que acompaña con el anuncio y la denuncia a la gente que peregrina en la diócesis de Quilmes, algo que Novak hacía y, si viviera, seguiría haciendo.