Asia

China lamenta la “interferencia” del Vaticano al preocuparse por el obispo secuestrado

  • Un portavoz del Ministerio de Exteriores reacciona a la declaración de la Santa Sede sobre la desaparición de Pietro Shao Zhumin
  • El Gobierno sigue sin aclarar sobre dónde puede estar el prelado o qué ha sucedido con él





A través de un portavoz del Ministerio de Exteriores, Lu Kang, China ha reaccionado a la declaración que el director de la Sala de Prensa del Vaticano, Greg Burke, hizo el pasado 26 de junio, sobre la desaparición del obispo chino Pietro Shao Zhumin, rechazado por la Iglesia oficial china.

En dicha declaración el portavoz aseguraba que la “Santa Sede sigue con preocupación la situación personal”, llegando a pedir la liberación del prelado que lleva secuestrado desde el pasado mes de septiembre, cuando tendría que haber tomado posesión de la diócesis de Wenzhou, tras la muerte del obispo titular.

“Interferencias en los asuntos internos”

Para el Gobierno chino, cualquier declaración de este tipo es considerada una injerencia externa en sus asuntos internos, y la existencia de una Iglesia oficial china es una muestra de que no se reconoce el nombramiento de este obispo fuera de la estructura oficialista.

El portavoz chino, según recoge la agencia Reuters, asegura que China protege las creencias religiosas de acuerdo a sus leyes y que, al igual que otros países, gestiona los asuntos religiosos. “Nos oponemos a cualquier país, a cualquier partido, que utilice los llamados casos individuales para interferir en los asuntos internos de China”, ha declarado Lu Kang.

Con todo, según la agencia UCANews, el portavoz intentaba suavizar la reacción del Gobierno, explicando que “la Iglesia católica china siempre ha actuado de acuerdo con su historia y tradición, y de acuerdo con sus pertinentes leyes y reglamentos”.

En paradero desconocido

En cualquier caso, China no ha querido despejar ninguna duda sobre dónde puede estar el obispo o qué ha sucedido con él.

Pietro Shao Zhumin (54 años) lleva secuestrado desde septiembre de 2016. Era el obispo coadjutor de Wenzhou, diócesis reconocida por el Vaticano pero no aceptada por la iglesia nacional china, y ni siquiera pudo presidir los funerales por su antecesor ni tomar posesión del nuevo cargo. Según testimonios recogidos por AsiaNews, el obispo fue llevado por la policía china a “hacer un viaje”, y desde entonces se ha perdido su rastro.

Mientras, el Vaticano sigue adelante con la comisión que se está encargando de estudiar las relaciones con el Gobierno de Beijing.

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Etiquetas: China
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