Una flor por cada una de las que han sido asesinadas en el barrio Santa Fe. Lorena, Fabiana, Fernanda, Lucha, Camila, Felipa, Andrea, Mafe, Alejandra, Carlota y Wanda Fox, entre otras. Mujeres trans víctimas de crímenes de odio en la zona de trabajo sexual del centro de Bogotá.
Una idea de la Red Comunitaria Trans, que convocó semanas atrás a activistas, a amigos y a vecinos para hacer memoria, para reclamar por los derechos de la población de la cual hacen parte, para compartir una jornada que empezó alrededor de una olla y un plato de sancocho sobre la calle 21, cuando el sol llegó a su cenit.
“Si bien en el barrio hemos vivido durante muchísimos años, aún muchas personas no nos reconocen ni nos respetan”, me explicaba Daniela Maldonado junto a la tarima. De fondo, música a todo volumen; y en toda la cuadra, el olor a sopa hirviente, cocinada a leña, para todo el que quisiera acercarse, fuera habitante de calle, lugareño o extranjero. “La idea es hacerle sentir a la comunidad que existimos y que merecemos respeto”.
Después del almuerzo, más de cien personas caminaron para hacer sentir su voz y sus reclamos. En respuesta, miradas de todo tipo: admiración, desconfianza, desprecio… La música de La manada callejera atraía la atención para comunicar un mensaje: “por una vida libre de violencia”. “Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”, decía otra de las consignas.
Sobre el pavimento, con pintura azul y rosada, quedaron hechos los símbolos floridos, como un testimonio de los crímenes que en varios puntos del barrio sucedieron y que brutalmente cegaron vidas.
Una de las convicciones que mueven a la Red Comunitaria Trans a promover este tipo de acciones la expresa Daniela con pocas palabras: “tenemos que hacer parte del cambio”.
