Todo está listo en el Vaticano para el juicio que se iniciará en próximo 18 de julio, a las 10 de la mañana. En él están acusados de malversación de fondos el expresidente, Giuseppe Profiti, y el extesorero, MassimoSpina, de la fundación del hospital pediátrico BambinoGesù, propiedad de la Santa Sede. El fiscal, promotor de justicia en terminología canónica, Giampiero Milano acusa a los dos directivos de la fundación que recauda los donativos para la institución sanitaria vaticana, de desviar 422.005,16 euros para las reformas de un edificio del Governatorato vaticano en el que se trasladó a vivir tras su jubilación el cardenal Bertone, ex secretario de Estado.
En el informe fiscal, que ha sido acogido por el presidente del Tribunal Vaticano, Giuseppe della Torre, se detalla que el dinero se habría “utilizado ilícitamente, en beneficio del constructor Gianantonio Bandera, dinero perteneciente a la Fundación BambinoGesù, del cual ambos acusados tenían acceso en función de sus competencias”.
La polémica del ático
El delito se habría cometido entre noviembre de 2013 y mayo de 2014. La investigación vaticana se abre en marzo de 2016, tras la publicación de en la prensa italiana y después en el libro “Avaricia” de una serie de reportajes del periodista Emiliano Fittipaldi que apuntaba directamente al cardenal Bertone. Es entonces cuando salen a la luz pública datos como los 600 metros cuadrados de la vivienda del cardenal o los 100 metros de la terraza y comienza a ser objeto de todo tipo de comentarios el conocido como “ático de Bertone”.
Es en el semanario L’Espresso, donde el periodista presente unas serie de cartas, fechadas en noviembre de 2013, que se intercambian Bertone y Giuseppe Profiti, entonces presidente de la fundación del hospital. En esas cartas es Profiti quien propone al cardenal el abono de la restructuración del inmueble por parte de la fundación, aunque previamente el cardenal Bertone había pagado de su bolsillo directamente al Governatorato 300.000 euros para la obra. De esta manera, la misma intervención se habría pagado dos veces, desviándose los fondos procedentes de las donaciones al hospital.
Inocencia del cardenal
A todo ello se suma la amistad del cardenal Bertonecon el constructor Gianantonio Bandera,propietario de la empresa Castelli Re, encargada de las reformas en el edificio. El hecho de que esta empresa quebrase en julio de 2015, haciendo que las grúas se mantuviesen mucho más tiempo de lo previsto inicialmente, provocó todo tipo de comentarios sobre la duración de la reforma. Por lo que se refiere a la constructora, los papeles del periodista ofrecen facturas con valor de unos 200.000 a una sociedad británica en la que aparece el propio Bandera.
En relación a la situación procesal del purpurado, la fiscalía no ha abierto investigaciones contra él –al tratarse de un cardenal, la pesquisa solo podría llevarla adelante un tribunal especial que el Vaticano tiene para estos casos– y su abogado ha asegurado que no ha autorizado ningún pago de este tipo.
El propio hospital, hoy con su dirección totalmente renovada, reconoció en su día la inocencia del cardenal quien decidió hacer una donación de 150.000 euros a la institución pediátrica de referencia mundial. No se descarta el que fuera Secretario de Estado pueda declarar a lo largo del proceso.