Como se anunció en el ‘Mensaje urgente a los católicos y personas de buena voluntad’, promulgado por la 108ª Asamblea Ordinaria Plenaria de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), para el próximo 21 de julio –durante las 24 horas del día– ha sido convocada una Jornada de oración y ayuno por Venezuela.
La iniciativa de los obispos tiene lugar en medio de la profunda crisis que vive el país “con el fin de pedir a Dios que bendiga los esfuerzos de los venezolanos por la libertad, justicia y la paz, para que iluminados por el Espíritu Santo y bajo la protección maternal de María de Coromoto, siga edificando la paz y convivencia fraterna en el país”.
No es la primera vez que se realiza una jornada de esta naturaleza, por iniciativa de la CEV. Esta misma práctica se llevó a cabo hace casi un año, el 2 de agosto de 2016, y, más recientemente, el 21 de mayo pasado.
Auxilio divino
También la vida religiosa, las diócesis y las parroquias, en diversas oportunidades han apelado a estas y a otras prácticas religiosas para implorar el auxilio divino ante los complejos acontecimientos que impactan la vida de los venezolanos. Vigilias, rosarios, procesiones con el Santísimo Sacramento, son algunas de las expresiones que alimentan los itinerarios de fe de la población.
En el lanzamiento de la campaña, ayer 13 de julio, los obispos reiteran su invitación a “no dejarse robar la esperanza que hace posible, con la ayuda de Dios, lo que parece imposible, para comunicar la esperanza y ser protagonistas de este momento histórico y del futuro de nuestro país”.
Entre las estrategias propuestas para dar visibilidad a la Jornada, se ha propuesto el uso de la etiqueta #OraciónporVenezuela en las redes sociales.