La Iglesia en Guatemala quiere su segundo santo

“Ante un pueblo que aún sufre pobreza, hambre, ignorancia, explotación, carencia de salud, educación y vivienda justa, la voz del padre Eufemio Hermógenes es actual”, vice postulador

La Iglesia en Guatemala quiere su segundo santo

El próximo año la Iglesia en Guatemala estará conmemorando el 40 aniversario de la muerte del sacerdote Eufemio Hermógenes López, siervo de Dios, quien fuera asesinado unos días después de haber pronunciado la frase: “Si es necesaria la sangre de uno de nosotros para que haya paz en Guatemala, yo estoy dispuesto a derramar la mía”.

Fue el 30 de junio de 1978 cuando fue ejecutado por sujetos que posteriormente contaron con la protección del Estado. Un día antes, el sacerdote guatemalteco había escrito una carta abierta dirigida al presidente de la República, general Eugenio Laugerud, solicitándole la supresión del Ejército Nacional, en medio del conflicto interno que vivía ese país, el cual había provocado, entre otras cosas, el reclutamiento forzoso de varones.

El sacerdote es considerado mártir de la Iglesia católica, y por ello hace unas semanas el arzobispo de Guatemala, Oscar Julio Vian Morales, anunció con bombo y platillos la creación de la Comisión de Beatificación y Canonización. Sobre este tema, habla para Vida Nueva Digital México, el padre Juan David Noguera, vicepostulador de la Causa.

Por una o por otra vía

El también Vicario Judicial de la Arquidiócesis de Guatemala explicó, en primer lugar, que no se trata de una comisión para iniciar el proceso en Roma, sino que se está concluyendo la positio, y la comisión es más de tipo administrativa, cuya finalidad será ayudar al administrador de la causa a conseguir los fondos para los gastos de la fase romana, donde se encuentra desde el año 2013.

El padre Juan David Noguera está plenamente seguro de que el sacerdote Eufemio Hermógenes López alcanzará tarde o temprano la gloria de los altares: “Ya sea por la vía del martirio, pues dio la vida, derramó su sangre, lo asesinaron, sabían que era un sacerdote católico, no fue un hecho aislado, sino programado de forma dolosa. Pero también puede ser por la vía de las virtudes heroicas porque, en medio de su humildad y pobreza, trató desde la fe, la esperanza y la caridad, de dar una respuesta a las necesidades, problemas y dificultades del pueblo, siguiendo en todo al Maestro Jesús, nuestro Señor, incluso hasta en el derramamiento de su sangre”.

Explica que en Guatemala se tiene un cariño muy especial por el Siervo de Dios, por ser un gran testimonio de vida, no sólo por el martirio, sino por su experiencia de Dios transmitida a todos sus feligreses y pueblo católico en general. “Para la gente sencilla, es el santo que vivió y sigue presente con ellos”.

­–El Papa Francisco ha dicho que todo candidato a los altares debe ser un ejemplo de fe para el mundo actual. Hoy en día, el ejemplo del padre Eufemio, ¿de qué manera podría incidir en la realidad de Guatemala y el mundo?

El padre Hermógenes es el ejemplo de una fe encarnada en las necesidades básicas y elementales de los más pobres y desposeídos. Su fe lo llevó a poner en práctica la virtud de la denuncia, a promover la justicia social, a ser voz de los que no tienen voz, a escribir para que se detuvieran las injusticias para con los niños, jóvenes, adultos, mujeres y ancianos. No tuvo miedo a las amenazas ni a las represalias de las autoridades civiles, militares y terratenientes poderosos. Su fe era sobrenatural y aterrizada al mismo tiempo. Vivió proyectado en el más allá, iluminado por las virtudes teologales. La fe de este Siervo de Dios fue firme, no se dejó convencer por las autoridades eclesiásticas para dejar su parroquia cuando corrían voces de que lo querían asesinar, sino que como el Buen Pastor, enfrentó los problemas y la persecución. Ante un pueblo que aún sufre pobreza, hambre, ignorancia, carencia de los más elemental, como es la salud, la educación, vivienda justa, explotación de parte de unos pocos, que venden al pobre por un par de sandalias, la voz del Siervo de Dios, siempre es actual, su lucha por los desheredados sigue en la mente de los actuales pobladores de San José Pinula, que fieles al ejemplo del padre Hermógenes, han sabido seguir manteniendo su legado, en lo espiritual y como Pueblo de Dios en camino hacia la patria celeste, haciendo presentes los valores del Reino de justicia, amor, paz

Asegura el padre Juan David Noguera que hoy más que nunca Guatemala necesita más ‘padres Hermógenes’: “es necesario que los sacerdotes lo imiten en el servicio, en la entrega generosa, en el sacrificio, ya que la realidad lamentablemente es la misma que le tocó vivir. La Iglesia necesita sacerdotes según el corazón y entrega generosa del Siervo de Dios”.

Finalmente, aseguró que la sangre de los mártires hoy sigue siendo abono para las semillas que están por germinar, tal y como fue al inicio del cristianismo. “Es sangre que pide justicia, igualdad, defensa de los más desposeídos, promover el que todos tengan lo necesario y básico para vivir, alimentarse, vestirse, vivir, educación, salud, bienestar…”.

Actualmente, Guatemala sólo tiene un santo, Pedro de San José de Betancur, mejor conocido como el Hermano Pedro, quien fue canonizado en la Ciudad de Guatemala por el papa Juan Pablo II en 2002.

Compartir