Llevar al pueblo a los pies de Jesús a través de la música, fue lo que movió a un grupo de jóvenes en 1995 a formar Alfareros, una agrupación cuyo éxito ha crecido como la espuma.
Fue durante la solemnidad de Corpus Christi de aquel año, cuando estos jóvenes de la ciudad de la Romana, en República Dominicana, decidieron introducir en la animación litúrgica instrumentos como tambora, güira y percusiones, lo cual no era usual en aquel entonces.
A partir de allí, surgió la inquietud de hacer más música para la Iglesia que tuviera una mezcla de ritmos tropicales y letras atractivas para los jóvenes. Primero se formó un coro, y con el paso del tiempo se llegó a lo que es hoy Alfareros.
Su caminar artístico inició por el Caribe, luego continuaron por América Latina y Estados Unidos, y muchos otros países. Han animado dos Jornadas Mundiales de la Juventud, y seguramente la próxima JMJ-2019 en Panamá no será la excepción.
En entrevista para Vida Nueva Digital México, Junio Cabrera, director del Ministerio, explica que actualmente la agrupación la integran personas de diferentes países: son cuatro voces: Fermín, Vargas, Katia y Francisca; y cinco músicos: él como Director-Piano, Carlos en las percusiones, Rubén en la guitarra, Roberto en la batería y David en el bajo, además del personal técnico y un equipo de servidores.
Sobre los géneros musicales en los que se mueven, explicó que básicamente son fusiones, pues el repertorio se maneja con base en las canciones: “Dios inspira esas canciones, y cada una trae sus propios estilos”.
Agrega: “Las letras, éstas salen del amor a Jesús. De lo que Dios pone en los corazones. Así que no es tanto de adaptar (letras religiosas a los acompañamientos), sino de ofrendar al mismo Dios las melodías y canciones que él pone en nuestros corazones”.
Aseguró que en un principio la aceptación de su música fue un poco complicada, pero no para los jóvenes, pues para ellos siempre fue atractiva. “Hoy en día las personas se han abierto a recibir ritmos diferentes; sin embargo, el propósito sigue siendo el de llevar al pueblo a los pies de Jesús, a través de nuestra música”.
Sobre el éxito que han alcanzado, Junio Cabrera aclara que Alfareros no ha planificado llegar a un público internacional, sino que “las cosas han ocurrido como Dios lo ha querido. Sólo hemos tratado de responder al llamado que Dios nos ha hecho a través de este carisma de la música”.
Tras señalar que a lo largo de más de 20 años ha habido muchas experiencias significativas, aseguró lo que más aprecian “es el amor de Dios que recibimos a través de los hermanos y hermanas en cada comunidad a donde vamos, los amigos que nos quedan en cada presentación”.
No obstante, también reveló que con frecuencia han sido testigos de cómo Jesús Sacramentado sana corazones. “Es realmente un privilegio participar en un concierto en donde también haya Adoración u Hora Santa, y ser testigos del poder sanador de Jesús. Podemos decir a todas voces: ‘Jesús esta Vivo’.”
Considera que la oración ha sido fundamental en su ministerio. No sólo oramos para llevar a cabo un concierto, sino que lo hacemos de manera constante. Y es que –señala– estamos, como dice la Palabra, “como ovejas en medio de lobos”, así que debemos mantenernos en oración constante para evitar distraer nuestra mirada de la misión. Como comunidad oramos juntos semanalmente, y llevamos nuestro itinerario espiritual, participando de manera activa en los sacramentos. No siempre es fácil, pero nos apoyamos uno al otro”.
Finalmente, dijo que como artistas no están exentos de dificultades, “pero donde está la oración, donde se aplica el perdón y la reconciliación, siempre es posible lograr la hermanad que existe en el ministerio”.