Franco Coppola será el responsable de imponer el palio arzobispal a monseñor Carlos Garfias Merlos, titular de la Arquidiócesis de Morelia, Michoacán.
El palio lo recibió el pasado 29 de junio, de manos del Papa Francisco, pero le será impuesto este lunes 24 de julio, en la Catedral de Morelia, por el representante diplomático del Vaticano en México, una modalidad establecida por el Santo Padre con la finalidad de que el pueblo que se les ha confiado a los arzobispos sea testigo del inicio formal de su ministerio.
A través de un mensaje, Carlos Garfias ha pedido a los morelenses que lo acompañen con su presencia en la Iglesia Catedral, o bien con oraciones, en esta nueva etapa episcopal.
Carlos Garfias, de 66 años, se desempeña como arzobispo de Morelia desde el 5 de noviembre del 2016; anteriormente fue Arzobispo de Acapulco, Obispo de Nezahualcóyotl y de Ciudad Altamirano.
Emoción y compromiso
El Arzobispo de Morelia viajó a finales de junio a Roma para recibir del Papa Francisco el palio arzobispal como titular de esa arquidiócesis, y aprovechó la ocasión para realizar un viaje a Tierra Santa y visitar algunos de los santos lugares en los que Jesucristo vivió su ministerio.
“Recorrer los lugares donde él vivió, donde él predicó, donde él murió y donde él resucitó, fueron momentos de mucha, mucha profundidad espiritual”, señaló el arzobispo refiriéndose a su viaje.
Recordó que días antes, durante su estancia en Roma, pudo participar en el consistorio y en la celebración Eucarística, celebrando la solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, donde el Papa le hizo entrega del palio arzobispal. “Siete años antes –agregó– fui a recibir el palio por la arquidiócesis de Acapulco, y ahora este año fui por la arquidiócesis de Morelia”.
Consideró que es muy emocionante, pero también muy comprometedor, “cuando el Papa hace entrar en conciencia de la responsabilidad que nos otorga a los arzobispos para que seamos signo de comunión y que lo representemos entre los hermanos obispos de la provincia que nos corresponde coordinar”.
“También es un acto de fe y de renovación de compromiso ante la tumba de San Pedro, y de renovar la fe y el compromiso de fidelidad al Papa y a la Iglesia en el ejercicio del ministerio”.
Dijo que esta experiencia le ha renovado, revitalizado espiritualmente, “y vengo con más ánimo y disposición para poder seguir evangelizando a la Arquidiócesis de Morelia”.