El 25 de julio se cumplen 50 años del histórico encuentro entre Pablo VI y Atenágoras en El Fanar. Esta visita del Papa al patriarca de Constantinopla durante su viaje apostólico a Estambul, Éfeso y Esmirna, fue clave en comenzar a construir puentes en materia ecuménica entre católicos y ortodoxos. “Pablo VI y Atenágoras eran grandes visionarios”, sentencia el actual patriarca de Constantinpla, Bartolomé, en un artículo conmemorativo en L’Osservatore Romano.
“A pesar de que sus esfuerzos no hayan tenido un gran impacto en los medios de comunicación, marcaron hitos revolucionarios en la historia del cristianismo”, reflexiona Bartolomé que comenta cómo “lo que podría parece solo un pequeño paso en la historia del mundo, al final resultó ser un gran salto en la historia de la Iglesia, especialmente a la hora de curar el escándalo de la división entre las dos Iglesias hermanas de Roma y Constantinopla”.
Tras hacer un repaso a la correspondencia y los encuentros mantenidos durante esa etapa, el líder ortodoxo califica “importancia excepcional los gestos extraordinarios de ambos” que recuerdan a los cristianos actuales “el poder perdurable del amor y del diálogo”.
Por último, pone de relieve la necesidad de “aprender” del ser y hacer de estos dos hombres “en un momento en que las personas y las naciones tienen la tentación de refugiarse en el aislamiento y en la exclusión, por ignorancia o por miedo al otro”.