Europa

Taizé abre sus puertas de par en par a los refugiados

  • La comunidad ecuménica celebra unas jornadas europeas para responder a la crisis migratoria
  • Actualmente los religiosos conviven con tres familias de refugiados y varios jóvenes migrantes de Calais
  • “¿Cómo podemos elegir a las personas en función de su nacionalidad o su religión? La hospitalidad es incondicional”, reflexiona el hermano Alois





La comunidad ecuménica de Taizé acogió la semana pasada –del 16 al 23 de julio-, unas jornadas de reflexión sobre la crisis migratoria que vive Europa. Orientada a jóvenes interesados o involucrados en el acompañamiento de extranjeros, solicitantes de asilos y refugiados, los religiosos respondían así a una iniciativa surgida tras un encuentro en Roma con el jesuita Michael Czerny, subsecretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral, responsable de la sección de desplazados y refugiados.

“Acoger a quienes lo necesitan forma parte de la identidad misma de nuestra comunidad”, explica el hermano Alois, prior de Taizé en una entrevista a Le Jour du Seigneur, en la que recuerda cómo “nuestro fundador, el hermano Roger, abrió las puertas a los refugiados durante la Segunda Guerra Mundial y, después, a todos aquellos que han huido de la guerra o de una dictadura: Vietnam, Ruanda, Bosnia… Para el hermano Roger era indispensable no separar vida interior de solidaridad, de la responsabilidad del próximo y la confianza en Dios”.

Taizé ha acogido un foro europeo de jóvenes sobre la crisis migratoria/TAIZÉ

De esta manera, los religiosos abrieron las puertas de su ciudad espiritual a testimonios en primera persona de migrantes talleres, mesas de debate y foros en los que participaron expertos en la materia y políticos europeos.  Así, se ha dado voz a jóvenes refugiados de Siria, Eritera, Sudan y Afganistán, además de a líderes eclesiales que trabajan en este ámbito, desde la Santa Sede hasta la Federación Luterana Mundial, pasando por la Iglesia anglicana.

Respuesta a Francisco

La propia comunidad de Taizé va de avanzadilla en esta materia, en tanto que han cogido el guante lanzado por Francisco para que los monasterios y conventos europeos abrieran sus puertas  a refugiados.  Actualmente viven con ellos tres familias de Oriente Medio, con sus siete niños, a los que ahora se han unido algunos jóvenes migrantes procedente de la ciudad de Calais, tanto cristianos como musulmanes.

“No hemos elegido a ninguno de los que han venido. Ante una emergencia humanitaria,  ¿cómo podemos elegir a las personas en función de su nacionalidad o su religión? La hospitalidad es incondicional, es la imagen del amor de Cristo que encontramos en el Evangelio”, explica el hermano Alois, que están viviendo el acompañamiento a estos jóvenes “como un verdadero regalo de Dios con nosotros. Nos ha permitido asumir como una acción prioritaria de nuestra misión para afrontar la crisis migratoria. Hemos recibido mucho de ellos”.

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