Luego de que el fin de semana la Procuraduría General de la República obtuviera del juez de control de Procesos Penales Federales, Gerardo Moreno García, el auto de vinculación a proceso en contra de Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz, por los probables delitos de delincuencia organizada y operaciones con recursos de procedencia ilícita, la Diócesis de Veracruz aseguró que la Iglesia no va a hacer “leña del árbol caído”, y llamó a las autoridades a manejarse con claridad y veracidad en el caso.
En entrevista para Vida Nueva Digital México, el vocero y canciller de la Diócesis de Veracruz, padre Víctor Manuel Díaz Mendoza, explicó que “es entendible la euforia que se vive por la detención del ex gobernador”, a quien se le acusa de haber desviado más de 35 mil millones de pesos de recursos en Veracruz, entre diciembre del 2010 y octubre del 2016, cuando el ex mandatario pidió licencia al cargo para después desaparecer.
Sin embargo –advirtió– también se está viviendo en el estado una especie de euforia política, donde los partidos están aprovechando el caso para tratar de llevar agua a su molino y ganar preferencias electorales para los comicios que se llevarán a cabo el próximo año en todo el país.
“Pero independientemente de esta cuestión emocional, nosotros, como Iglesia, hemos dicho que dejamos este asunto en las manos de las autoridades correspondientes, que en este caso es la Procuraduría General de la República, quien finalmente determinará si es o no culpable. A la PGR le pedimos lo que todo el país quiere: un juicio claro y veraz. No favorecer a una persona ni a otra, sino manejarse en la veracidad, y siempre buscando el bien común”.
El padre Díaz Mendoza aseguró que lo que sí es lamentable, desde cualquier punto de vista, es la corrupción en el gobierno, sobre todo cuando se trata de un estado pobre y con muchas necesidades, aunque aclaró que no es una situación exclusiva de Veracruz, sino de todo el país.
Urge una reconciliación
El también Canciller de la Diócesis de Veracruz recordó que en este tipo de casos la Iglesia debe actuar como juez, pero también como médico, por lo que si en un momento dado Javier Duarte de Ochoa confesara que robó dichos recursos, se le pediría como penitencia que los regresara.
Consideró que hoy más que nunca México necesita una reconciliación en todos los niveles de la estructura social; “en Veracruz vivimos a la defensiva, y es que no hay familia que no haya sido golpeada por el narcotráfico, por la violencia; muchas tienen un ser querido desaparecido, y exigen una respuesta”.
Ante esta difícil situación, explicó que la Iglesia local lleva a cabo una pastoral de acompañamiento a dichas familias: desde hace cuatro años, el primer domingo de mes el obispo Luis Felipe Gallardo Martín les celebra la Eucaristía y se reúne con ellos.
“Estamos creando proceso de evangelización y reconciliación, nuestra pastoral va en ese sentido, y es que hoy todo Veracruz debe volver a Cristo”, concluyó.
