“Intercede por nuestros gobernantes, para que sepan encontrar, en diálogo sereno y respetuoso con verdad, soluciones a los problemas políticos sociales y culturales”. Esa es la petición del arzobispo de Santiago de Compostela, Julian Barrio, al Apóstol Santiago durante la tradicional ofrenda al patrón de España. Al mismo tiempo, también pidió por “todas aquellas personas que están ofreciendo sus mejores esfuerzos para responder a las exigencias del bien común”.
A las 10:00 horas de hoy, 25 de julio, se iniciaba la procesión con el relicario del Apóstol hacia la catedral, donde tendría lugar la misa pontifical. La ceremonia, presidida por Barrio, contó con la presencia de 11 prelados españoles. Durante su homilía, el arzobispo destacó que Santiago fue “el primero de los apóstoles en beber el cáliz de la pasión” y “tempranamente entendió que no era la hora de especular si estar a la derecha o la izquierda del Señor sino la de participar en su misma suerte”.
El prelado solicitó al Apóstol que “asista y proteja” al papa Francisco y “a la Iglesia que peregrina en España para que nos mantengamos fieles a Cristo”. Y no se olvidó de homenajear a las víctimas del accidente de Angrois: “A ninguno de nosotros se nos puede olvidar esa sombra de dolor en la víspera de tu fiesta que hace cuatro años se extendió en esta ciudad”.
Ponerse al servicio de los demás
Barrio quiso recordar a una sociedad que a veces vive de espaldas a los descartados que “no se gana la vida si no es poniéndola al servicio de los demás y haciéndose colaborador de su alegría”, porque “el prójimo, sea de donde sea, es aquel de quien cada uno es responsable, reconociéndolo y aceptándolo”.
“En la solemnidad del Patrono de España –continuó Barrio–, recordamos los principios espirituales, morales y culturales, haciendo memoria de Jesucristo resucitado de entre los muertos. Cuando hemos alcanzado tantas cosas buenas que nunca habíamos logrado, en España y en Europa, no debemos olvidar el legado de nuestra historia que junto a aspectos negativos que hay que erradicar, nos ofrece valores e ideales suficientes y necesarios para la construcción de una sociedad solidaria y esperanzada”.
El prelado indicó que “no se puede construir lo propio sin velar por el prójimo”. Y es que “la historia espiritual y moral de Europa en torno a la memoria de Santiago ofrece más elementos comunes para construir una auténtica comunidad que elementos divergentes o contrarios entre sí, conscientes de una pluralidad compleja más allá de un pluralismo irreconciliable”.
El arzobispo dejó claro que “se nos llama a recuperar la centralidad de la dimensión religiosa en la vida”, porque “marginar a Dios no libera al hombre. La vida se oscurece si no se abre a Dios en quien se fundamenta nuestra dignidad y libertad”. Además, añade: “El testimonio del apóstol Santiago nos indica que podemos vencer el miedo con la fe, el cansancio con la esperanza cristiana, y la indiferencia con el amor, superando nuestros deseos desordenados y siguiendo como Santiago a Cristo”.
“No claudicar ante quienes predican la desunión”
Por su parte, Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta, repetía en esta ocasión como delegado de la Casa Real, en representación del pueblo español, para renovar la tradicional ofrenda al Apóstol. Durante su discurso, insistió en que “necesitamos voluntad y decisión para no claudicar ante quienes predican la desunión”, tanto en España como en Europa.
El presidente gallego ha recordado que en el mundo existen problemas, conflictos y desesperanzas, y únicamente una “herramienta válida” para combatir: “la democracia”. Respaldado por la presidenta del Congreso, Ana Pastor, Feijóo aseguró que aunque Europa sea un objetivo del terrorismo no puede caer ante el “pesimismo” y pidió generosidad con los refugiados, que “no son una amenaza con una política prudente”.
El presidente justificó su presencia en un acto “tradicional” para no traicionar la historia de Galicia. Finalmente, con respecto a las víctimas del Alvia, Feijóo indicó que “todos los días de Galicia quedarán marcados por su recuerdo”.