“Nuestro precioso pequeño se ha ido, estamos muy orgullosos de ti”. Son las palabras de Connie Yates tras conocerse la muerte de su hijo, Charlie Gard, el bebé de once meses que ha fallecido hoy en un hospital de cuidados paliativos en Londres, después de desconectarle las máquinas que le mantenían con vida. Se pone fin así una larga batalla judicial entre sus padres y el equipo médico que lo atendía.
Mientras su familia buscaba intentar trasladar a Estados Unidos para someterlo a un tratamiento experimental y así intentar salvarle de la enfermedad rara mitoncodrial congénita que padecía, desde el hospital británico Great Ormond Street siempre mantuvieron que cualquier iniciativa de este tipo simplemente prolongaría su sufrimiento. El pasado lunes, los padres aceptaron la decisión de los profesionales sanitarios, aunque solicitaron pasar con su hijo algunos días más, petición que también fue desestimada.
Francisco: “Encomiendo al Padre al pequeño Charlie”
Apenas una hora después de que los padres del pequeño Charlie Gard comunicaran su fallecimiento, el papa Francisco muestra su cercanía a la familia a través de su cuenta de Twitter: “Encomiendo al Padre al pequeño Charlie Gard y rezo por los padres y las personas que le querían”.
Lo cierto es que desde que el caso de Charlie Gard saltara a los medios, la Iglesia ha compartido el sufrimiento y el dolor de los padres y la Santa Sede puso incluso a su disposición el hospital Bambino Gesù en caso de que pudiera llevarse a cabo algún tratamiento para salvarle.
El mismo lunes, el director de la Sala Stampa de la Santa Sede, Greg Burke, señaló a través de un comunicado que “el Papa Francisco está rezando por Charlie y sus padres, y se siente especialmente cercano a ellos en este tiempo de inmenso sufrimiento”. “El Santo Padre pide que nos unamos en oración para que ellos puedan encontrar el consuelo y el amor de Dios”, señaló Burke.