La Iglesia y el Estado son las dos instituciones con más peso en la República Democrática del Congo. Y están en pleno enfrentamiento. “Solo un levantamiento popular puede lograr un cambio”, afirma el secretario general de la Conferencia Episcopal del Congo, Donatien N’shole, que reconoce que “quizá es una declaración desafortunada, pero es la dura verdad”.
Los prelados parece que abandonan la aparente neutralidad para tomar partido en contra del presidente del Gobierno, Joseph Kabila. Así, muestran su apoyo al grupo juvenil La Lucha, que ha organizado protestas pacíficas en todo el país desde el 31 de julio para recordarle a Kabila que no van a conceder a su régimen ni un día más en el poder más allá de diciembre de 2017 y para exigirle un calendario electoral, según pública Mondiaal Nieuws.
Kabila a los obispos de R.D. Congo: “¡Vosotros queréis crear desorden!”
La frustración es palpable en el país, donde muchos congoleños no entienden por qué Kabila sigue en el poder cuando su mandato ya ha expirado. Y es que ya ha cumplido dos legislaturas –las máximas permitidos por la constitución-. De hecho, a finales de 2016 deberían haberse celebrado elecciones sin la participación del hasta ahora presidente. Hecho que no ocurrió.
Promesa incumplida de elecciones
En una reunión celebrada el pasado 5 de julio entre Kabila y el presidente de los obispos, Marcel Utembi, el presidente prometió la celebración de elecciones antes de final de año. Sin embargo, está haciendo todo lo posible para torpedear los comicios, pese al acuerdo firmado el pasado 31 de diciembre entre la oposición y el Gobierno, denominado Acuerdo Sylvestre.
La Iglesia se siente traicionada por Kabila. “Ya nos equivocamos el año pasado, cuando pensamos que podríamos obtener las elecciones a través de negociaciones para evitar el derramamiento de sangre”, recuerda N’shole. Por ello, respaldan ahora las acciones en la calle. Y es que “lo que queríamos evitar a finales de 2016 por todos los medios ahora parece inevitable”, añadió.
La Iglesia no se ha cansado de denunciar la inseguridad que vive el país, el empobrecimiento de muchas familias y el deterioro de las infraestructuras y de los servicios básicos, como la educación y la salud. Además, en su carta pastoral del pasado 23 de julio se quejaron de que “la corrupción, el fraude fiscal y la malversación han alcanzado proporciones preocupantes”. Tras esta denuncia, Kabila acusó a la Iglesia de agitar a la población: “¡Quieren crear un lío!”.
Sensibilizar a la población
Los obispos trabajan en una campaña de sensibilización en las 4.500 parroquias del país para aumentar la conciencia sobre la necesidad de que las manifestaciones sean pacíficas. “Han organizado una campaña para educar a la población y ayudarles a responder constitucionalmente a la defensa de sus derechos”, explicó N’shole.
En esta línea, los obispos van a hacer una campaña televisiva: “Tenemos acuerdos con las cadenas de televisión y vamos a mostrar en anuncios cómo manifestarse pacíficamente”, indicó Clément Makiobo, director nacional de la Comisión de Justicia y Paz del Episcopado.
¿Surtirán efectos los llamados de la Iglesia y las organizaciones ciudadanas?