Cono Sur

El Senado chileno despenaliza el aborto en tres supuestos

Los obispos califican de “retroceso” una ley que instala una “discriminación injusta” en la sociedad, uno de los proyectos más polémicos de Michelle Bachelet





Tras muchas horas de discusión y por pocos votos de diferencia, el Senado chileno aprobó despenalizar el aborto en tres supuestos: riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violación. Solo resta ver si la oposición cumple su anuncio de apelar al Tribunal Constitucional porque “relativiza el derecho a la vida” consignado en la Constitución.

El 31 de enero de 2015, a pocas semanas de iniciar su segundo mandato, la presidenta Michelle Bachelet firmó este proyecto de ley. Tres meses más tarde, el Episcopado emitió el documento El derecho humano a la vida, a una vida digna para toda persona, dando pie a una movilización con manifestaciones en varias diócesis.

En Chile, el aborto terapéutico era contemplado en el Código Sanitario desde 1931 para situaciones definidas por ley. A inicios del Gobierno militar, durante la preparación de la nueva Constitución, se quiso incorporar la prohibición total de la interrupción del embarazo, pero finalmente se convino que se requería una ley para su regulación. En 1989, a finales de la dictadura, se derogaron las disposiciones de 1931 y se acordó que no podría ejecutarse ninguna acción cuyo fin fuera provocar el aborto. Desde la recuperación de la democracia, al año siguiente, el Parlamento ha acogido varios proyectos de ley, aunque sin avanzar en acuerdos. Hasta ahora.

Debate institucional

Al inicio de la tramitación de la actual ley, la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados invitó a representantes de diversos organismos a exponer sus puntos de vista. El obispo Alejandro Goic, entonces presidente de la Conferencia Episcopal, valoró “el rol de las instituciones democráticas en la generación de las leyes que nos rigen como ciudadanos”. Y agregó en nombre de la Iglesia que parte siempre de su “gran respeto y consideración por las personas enfrentadas a la realidad del aborto, porque sabemos que se deriva de situaciones de gran sufrimiento y expone a las mujeres a decisiones extremadamente difíciles”. El prelado defendió que “dos personas, no solo una, están en la base de nuestra preocupación: la mujer, que vive esta situación límite, y el hijo o la hija que está por nacer”.

Al año siguiente, ante la aprobación en primer trámite del proyecto de ley, el Episcopado emitió un mensaje que fue leído el Domingo de Ramos en todos los templos del país. Manifestaciones callejeras multitudinarias en varias ciudades acompañaron estas declaraciones y diversas actividades en parroquias apoyaron con reflexión y oración su postura.

Ahora, aprobado ya el proyecto de ley, el Episcopado afirma: “Más allá de los trámites pendientes y de los posibles recursos ante el Tribunal Constitucional, el proyecto de ley aprobado nos parece un retroceso que instala y legitima en la sociedad chilena una discriminación injusta hacia seres humanos indefensos, cuya vida el Estado está llamado a garantizar y proteger. No consideramos que este proyecto de legislación constituya una respuesta humanizadora y civilizadora frente al drama mayor que viven las mujeres en las situaciones límite que las causales refieren”. Y concluyen reiterando que, “como Iglesia, somos respetuosos de la actuación de los poderes del Estado en el contexto de la democracia. Con transparencia, hemos ofrecido nuestra mirada en todas las instancias pertinentes, a través de personas e instituciones que seguirán trabajando en favor de la vida”.

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Etiquetas: abortobacheletChile
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