En los meses de agosto y septiembre de 1936, al inicio de la Guerra Civil, fueron asesinados 21 sacerdotes en las islas de Ibiza y Formentera. Durante 45 días, los partidarios de la causa republicana, encabezados por el general Bayo, gobernaron en las pitusas, tomadas en el golpe de estado del 18 de julio. Ahora, el Obispado de Ibiza y Formentera, según informa El Periódico de Ibiza, ha sido alentado por el Vaticano para que se lleven adelante las tareas necesarias para la identificación de los cuerpos, de cara a una posible beatificación, en caso de probarse el martirio.
La mayoría de estos sacerdotes, 18 de ellos, fueron asesinados con casi un centenar de víctimas la noche del 13 de septiembre de 1936 en el Castillo de Dalt Vila, en los llamados “Fets del Castell”. Los otros tres fueron asesinados en los primeros momentos del desembarco de las tropas republicanas.
Hacia la beatificación
Este nuevo paso forma parte del proceso que la diócesis está impulsando para la beatificación y canonización, una vez que se reconozca el martirio, de los sacerdotes de las islas.La fase diocesana se inició el 23 de noviembre de 2008 y concluyó en junio de 2015.
Ahora la Congregación de las Causas de los Santos del Vaticano ha estudiado toda la documentación y aprueba que pueda realizarse esta nueva medida de cara a su declaración de martirio y, por lo tanto, hacia la beatificación, ya que en el caso del martirio no se requieraela realización de un milagro por su intercesión.
Los sacerdotes fueron enterrados en una fosa común en la catedral de Nuestra Señora de las Nieves de Ibiza. En ese enterramiento conjunto están sepultados la mayoría del más de un centenar de personas asesinadas en los 45 días que tuvieron el control las tropas republicanas.
La catedral conserva una placa con todos los nombres de los difuntos, encabezada por el tradicional “Caídos por Dios y por España”, lo que le ha valido ser el foco de algunos actos de vandalismo, el último en esta semana, según informa el diario local [en la imagen que encabeza esta información]. Junto al Cristo Yacente donde está la placa con la lista se añadió otra, en el año 2000, que señala que “su recuerdo nos estimula a buscar siempre la paz y a rezar por todas las víctimas de la guerra”.
A este emplazamiento en el templo ibicenco fueron trasladados en su momento del llamado Cementerio Viejo; hecho que complica, aún más, los trabajos de recuperación e identificación de cada uno de los restos.
