Los obispos de Brasil urgen a “superar la ingenuidad, la pasividad y la indiferencia” frente a la situación del país

  • La Comisión Episcopal Pastoral para la Acción Transformadora llama a la “valentía profética” para recuperar el rumbo
  • El comunicado se publica el mismo día que la Cámara de Diputados impide investigar al presidente Michel Temer por corrupción

manifestantes en Brasil contra presidente Michel Temer acusado de corrupción 2 agosto 2017

Reunidos en Brasilia, los obispos miembros de la Comisión Episcopal Pastoral para la Acción Social Transformadora y referenciales de las Pastorales Sociales de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB) han alzado su voz ante el momento que vive el país y la necesidad de actuar para transformar la realidad: “No seremos un país diferente si no superamos la ingenuidad, la pasividad y la indiferencia”, se lee en el mensaje conclusivo del encuentro que tuvo lugar entre el 31 de julio y el 1 de agosto.

El comunicado, firmado por el presidente de la Comisión, Guilherme Antonio Werlang, obispo de la diócesis de Ipameri, fue dado a conocer ayer miércoles 2 de agosto, el mismo día en el que la mayoría de la Cámara de Diputados (263 de 513) decidió impedir que el Supremo Tribunal Federal investigara las denuncias contra el presidente Michel Temer, por corrupción pasiva, que lo podrían haber apartado del cargo.

Los obispos, por su parte, han resaltado la importancia de estar atentos a los ‘signos de los tiempos’ para concretar compromisos que conduzcan a la superación de la crisis que atraviesa el país: “Buscamos luces para la actuación de la Iglesia en Brasil frente a los nuevos desafíos de nuestra realidad hoy”.

Denuncia contra el Gobierno que “favorece al capital”

Frente al clamor que emerge de las múltiples situaciones angustiantes que vive el pueblo brasileño, “entre ellas el desempleo colosal, la ruptura del orden democrático y el desmantelamiento de la legislación laboral y social”, la Comisión Episcopal Pastoral para la Acción Social Transformadora denuncia explícitamente las acciones del Gobierno que, “en lugar de fortalecer el papel del Estado para atender las necesidades y los derechos de los más débiles, favorece los intereses del gran capital, sobre todo el financiero especulativo, penalizando a los más pobres, por ejemplo con la reforma de la previsión, falsamente justificada”.

En este sentido, la defensa de la justicia a favor de los empobrecidos constituye una prioridad, a fin de “revelar el rostro misericordioso de Dios” y llevar a cabo “la acción liberadora y humanizadora de Cristo, frente a las nuevas formas de esclavitud de los tiempos actuales”.

Los obispos de las pastorales sociales de Brasil convocan a ser partícipes del cambio “en profunda comunión, con valentía profética, promoviendo y fortaleciendo acciones comunes con todos los sectores democráticos de este país, en favor de nuevos rumbos para la sociedad brasileña, fundados en la dignidad humana de todos los ciudadanos y ciudadanas y en el bien común”.

De la apatía a la esperanza

Considerando que el “silencio en las calles es un síntoma preocupante de que no hay esperanza en las instituciones brasileñas”, como ha referido el obispo emérito de Jales, Luiz Demétrio Valentini, miembro de la Comisión –en una entrevista concedida al portal de la CNBB–, los obispos convocan a las comunidades eclesiales y a todas las personas de buena voluntad “a implementar acciones que transformen en esperanza las apatías y frustraciones de la sociedad brasileña”.

En este aspecto, los líderes de la pastoral social coinciden con el reciente llamado del papa Francisco a los jóvenes brasileños, con motivo de la clausura del proyecto Ruta 300 el pasado 29 de julio: “¡No tengan miedo de arriesgarse y comprometerse en la construcción de una nueva sociedad, permeando con la fuerza del Evangelio los ambientes sociales, políticos, económicos y universitarios! ¡No tengan miego de luchar contra la corrupción y no se dejen seducir por ella!… Ustedes pueden descubrir la creatividad y la fuerza para ser protagonistas de una cultura de alianza y así generar nuevos paradigmas que vengan a pautar la vida de Brasil”.

Noticias relacionadas
Compartir