Aprender a escribir, enseñar a vivir: empoderando a los alumnos desfavorecidos

Los libros se leen, pero también se pueden vivir. Este es el motor que mueve a la Fundación SM y a la Asociación Española de Lectura y Escritura (AELE) a impulsar el programa ‘Escribir como lectores’, que, desde 2009, ha interpelado a unos 40.000 alumnos de Primaria y Secundaria en decenas de centros de España, Argentina, Chile, Perú, Colombia y República Dominicana, implantándose a partir del próximo curso en México.

Con él se busca que los chicos se acerquen a la lectura de la mano de la escritura, rompiendo de esta manera las fronteras que suelen trabar su relación con los libros y proponiendo que vivan experiencias satisfactorias en las aulas, en bibliotecas o incluso en los hogares, con familias implicadas.

Como explica a Vida Nueva José María González Ochoa, coordinador de Programas de la Fundación SM, se busca que el programa se encarne de un modo integral, involucrando a los alumnos y a profesores de diferentes asignaturas: “El método consiste en que, durante dos o tres meses, los chicos se adentren en un libro e interactúen con él. (…)

Iniciativa en la Cañada Real

Si bien ‘Escribir como lectores’ se desarrolla normalmente en el aula y en el marco de los programas educativos del centro escolar, este año ha habido un caso especial. Por segunda vez, ha tenido lugar en la Cañada Real, un poblado a 15 kilómetros de la Puerta del Sol de Madrid en el que viven miles de personas en chabolas y viviendas prefabricadas.

En un contexto dominado por la marginalidad y la droga, varias asociaciones comprometidas con la comunidad local (entre ellas, Cáritas) ofrecen a los más jóvenes actividades de refuerzo escolar en un centro social que en su día era una fábrica de muebles. Allí, en esta edición, unos 80 chicos (la mayoría eran marroquíes, rumanos y gitanos), divididos en grupos por edades, que iban desde los seis hasta los doce años, han participado en los talleres.

En estrecha colaboración con Cáritas, coordinadora de varios proyectos en el centro, Rosa Sobrino Callejo, miembro del equipo de AELE que desarrolla el proyecto en España, ha puesto en marcha ‘Escribir como lectores’ con estos chicos, también con el libro ‘Ojo de Nube‘, de Ricardo Gómez, como referencia. Reconoce a esta revista que, “aunque en algunos momentos no ha resultado fácil, ha sido una experiencia profesional reconfortante”.

Es clave interpretar que los chicos pasan por situaciones sociales difíciles y eso hace que muchas veces antepongan una actitud desafiante y se comuniquen con desconfianza y hasta con rebeldía. ‘Escribir como lectores’ se propone acompañarles en sus respectivos procesos emocionales y de aprendizaje, con el fin último de contribuir a su empoderamiento desde la inclusión, buscando que se genere en ellos un interés por la escritura, que sientan la satisfacción de crear”. (…)